La Virgen de Piedraescrita protagoniza la Entrada más multitudinaria
EMOCIÓN ·
La Barranquera fue arropada por miles de fieles desde su ermita hasta el iglesia de la Asunción, en medio de vivas, aplausos, cohetes y mucha emoción.
EMOCIÓN ·
La Barranquera fue arropada por miles de fieles desde su ermita hasta el iglesia de la Asunción, en medio de vivas, aplausos, cohetes y mucha emoción.Campanario es un pueblo que vive y se desvive por su patrona, la Virgen de Piedraescrita. A ella rezan, ríen y lloran ante las alegrías y las penas, por eso este año no podían faltar a tan esperada cita, como es la tradicional Entrada de la Barranquera a hombros desde su ermita. Cinco kilómetros que supieron a poco, puesto que eran muchos los que querían coger a la Virgen en su recorrido. Tres años esperando a que este multitudinario acto se celebrara y no defraudó. Las calles engalanadas, la pancarta de bienvenida, los fuegos artificiales a la entrada del pueblo, los cantos y los vivas. Los campanarienses estaban ilusionados y felices con tener un poco más cerca a la reina de La Serena, durante un mes.
Como manda la tradición, fue recibida en el camino por el párroco, Luis Ramírez, y el Alcalde, Elías López, junto a cientos de acompañantes. La Banda Municipal de Música no paró durante todo el recorrido hasta la plaza de entonar distintos sones alegres, dirigidos por Lucas Espinar. Y desde algunos balcones, llovieron pétalos de rosa y aplausos, mientras la comitiva avanzaba a paso ligero, dirigida por la Hermandad de la Virgen de Piedraescrita y su hermana mayor, Ana María Calderón. El pregón La marea de vecinos y visitantes llenaban las calles como no se veía desde antes de la pandemia, hasta que al entrar en la plaza, fueron muchos más los que esperaban ansiosos buscando un buen lugar para presenciar el recibimiento desde el balcón del Ayuntamiento.
El encargado de pronunciar el discurso de Entrada de a la patrona fue Francisco José Martín Gómez. Emoción, alegría y esperanza resumen las palabras que dirigió a la imagen, tras las cuales estalló la rueda de fuegos artificiales. Al unísono, los miles de personas congregadas en la Plaza de España entonaron la 'Salve' con más energía que nunca, dichosos por nuevamente este emocionante momento. Muchos fueron los que acompañaron a la imagen hasta la iglesia, para rezar una vez se desocupó el templo y se hizo el silencio.
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