Esquiladores uruguayos camino ayer de Campanario tras aterrizar en Madrid.HOY
Varias cuadrillas de esquiladores de Uruguay recalan en Campanario
TEMPORADA ·
Trabajan unas catorce horas diarias y a destajo porque se cobra por oveja pelada, que pueden suponer unos ingresos de entre 7.000 y 8.000 euros por 90 días seguidos de esquileo.
Se suelen levantar a las siete de la mañana, y tras el desayuno, empiezan la jornada laboral. Parada para el almuerzo y hasta que la luz del día se agote siguen con una máquina esquilando. Un trabajo diario de unas catorce horas, a destajo porque se cobra por oveja pelada, que pueden suponer unos ingresos de entre 7.000 y 8.000 euros aproximadamente por 90 días seguidos de esquileo.
Así describen brevemente los esquiladores uruguayos su estancia en España. Fabián Lope, de 43 años, casado y con dos hijos de 17 y 15 años, llegó ayer a Madrid y se montó en un autobús en dirección a Aragón, donde empieza a trabajar a partir de hoy.
Es del pequeño municipio de Rincón de Valentín (480 vecinos), en el departamento de Salto. Lleva diez años seguidos viniendo a esquilar a nuestro país.
En 2011 y en 2012 lo estuvo haciendo en Extremadura, en el municipio de Campanario, en la comarca de La Serena. Ayer, precisamente, las primeras cuadrillas que van a empezar a trabajar en esta campaña del esquilo en la región lo hicieron a Campanario a última hora de la tarde.
Ovejas en proceso de esquileo.
JUAN CARLOS CRUCES
«El trabajo es duro pero hay una recompensa final económica que hace la pena venir de nuestro país a España», resume, escuetamente, Lope. Este año, según las previsiones del sector en Extremadura, las cuadrillas de uruguayos estarán como mucho dos meses, un mes menos del máximo de otras campañas.
El departamento (región) de Salto concentra en buena parte la mano de obra que llega para 'pelar' ovejas. Y también casi todos rondan entre los 35 y 45 años. Son trabajadores, sin embargo, con muchos años de experiencia a sus espaldas.
En el país sudamericano existen escuelas en las que se enseña el oficio de la esquila y también ofrecen cursos de perfeccionamiento a aquellos que ya son esquiladores, recordaba a HOY el martes pasado Leonardo González, encargado de las cuadrillas de la empresa El Esquilador Guerrero.
A través de esta empresa se contratan en origen a los empleados uruguayos y luego estos se distribuyen por las cooperativas ganaderas extremeñas y particulares que los solicitan.
En Extremadura, informa a este periódico la Consejería de Agricultura, el último curso de esquilador que organizó la Administración extremeña fue entre 2015 y 2016. «Y se dejaron de hacer por falta de alumnos», se indica desde el Gobierno regional.
«La última vez que hubo un curso en Extremadura fue en la Escuela de Capacitación Agraria de Don Benito pero ni recuerdo el año. Ha pasado demasiado tiempo y esto es un grave problema para el esquileo de cada año», remata Marco Antonio Calderón, de Comercial Ovinos.
«Estamos acostumbrados a este oficio. Nos gusta y todos los años tenemos gente que nos contrata en España porque faltan esquiladores. Por eso venimos año tras año», confluye Fabián Lope, que ayer noche tenía previsto dormir en Guadalajara.
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