Mirador del restaurante de la Costa Alegre, en la Playa de Campanario. S.G.

Un pantano dividido por la pandemia

VERANO ·

Hoy se inaugura la temporada de baño en la Playa de Orellana, pero no está permitido justo enfrente, en Campanario. Son distintas maneras de afrontar la crisis sanitaria.

Martes, 30 de junio 2020, 11:13

Hace casi 40 grados de temperatura y los bañistas comienzan a ocupar las cuadrículas marcadas en el suelo. Están especialmente cotizadas aquellas en las que las sombrillas instaladas dan al menos un metro de sombra. Pronto, en solo unas horas, todas estarán ocupadas. Es el embalse de Orellana, en la conocida como Costa Dulce, donde desde hace un par de semanas, los bañistas, aunque de forma tímida, se dan los primeros chapuzones de una temporada atípica.

Justo enfrente, sin embargo, se atisba otra zona de playa, donde todas las sombrillas están aún guardadas y no se ve ningún bañista, o al menos no debería. Es la Costa Alegre, en el término municipal de Campanario, que este verano no podrá hacer honor a su nombre dado que no abrirá su zona de baño. Dos playas con criterios diferentes frente a la pandemia.

Bañistas en la Playa de Orellana durante el fin de semana. HOY

Precisamente, hoy mismo se inaugura de forma oficial la temporada de baño estival en la playa de Orellana la Vieja, aunque sus servicios están operativos desde el pasado 19 de junio, con las medidas de seguridad e higiene correspondientes. Será a las 12.30 horas cuando se icen las banderas azules tanto en la playa como en el puerto deportivo. Una bandera que será visible justo desde la orilla de enfrente, a solo unos pocos kilómetros en línea recta aguas adentro, y que aunque este año cierre sus aguas sigue aspirando a ver ondear esa bandera en su demarcación.

Se trata de una decisión tomada de forma unánime por el Comité de Gestión de la Playa de Campanario, que hace unos días acordó no permitir el baño este verano a consecuencia de la pandemia «y para evitar posibles rebrotes». Así lo ha puesto de manifiesto el alcalde de Campanario, Elías López, que preside dicho comité.

La dificultad para controlar el aforo por la existencia de distintos puntos de acceso a la playa y las recomendaciones higiénico-sanitarias de difícil cumplimiento están entre las razones que más peso han tenido a la hora de tomar la decisión. Ésta ha tenido dispar acogida entre los vecinos de Campanario, y en general de toda la comarca. Y es que algunos dicen no entender que si Sanidad ha certificado la calidad del agua como apta para el baño, no sea posible darse un chapuzón. Por contra, está quien apoya la decisión tomada, como medida para controlar la posible expansión del coronavirus ante la aglomeración de bañistas.

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Control de acceso

A este respecto, el primer edil campanariense informa de que existe un único acceso oficial a la zona de baño, que está ubicado en los aparcamientos de vehículos, «aunque hay varios otros por donde los bañistas pueden acceder», incluso a través del agua con embarcaciones. Es por ello que el control de las personas que acceden a, fin de garantizar el aforo permitido, «sería casi imposible», reconoce.

Ante este hecho, en Campanario prefieren ser prudentes, ya que, además, habitualmente esta zona está desprovista de socorristas, y habría que contar con personal controlador, como requiere el protocolo de apertura de zonas de baño, para garantizar todas las medidas de distanciamiento y aforo. «Así, no podríamos tener total garantías de cumplimiento de las normas», comenta.

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Una de las zonas de acceso al agua en la Playa de Campanario. S.G.

Responsabilidad

A pesar de ello, durante los últimos días han sido varios los vecinos que se han aventurado a ocupar la zona de playa de ese lado del pantano, a pesar de no estar autorizado el acceso. «Nosotros apelamos a la responsabilidad de cada persona, y no nos hacemos responsables de lo que pueda ocurrir, por lo que cada cual debe actuar en consecuencia», señala Elías López. A la vez, asegura que «por si alguien aún no lo sabe los próximos días se va a colocar en la zona señalización indicando la prohibición del baño. Esperemos que le hagan caso, porque todo se hace por el bien común», añade.

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En el Ayuntamiento de Campanario saben que, de autorizar el baño, las previsiones se desbordarían, ya que son pocas las zonas autorizadas en la región para refrescarse, además de la llegada masiva de turistas que se espera este verano.

Y lo reconocen no sin cierta pena, ya que llevan muchos meses trabajando para dotar de mejores servicios la zona, de cara a seguir optando al título de bandera azul.

No en vano, este verano se habrían estrenado los casi mil metros más de playa construidos, que se unen a los 1.500 que ya tenía, con una inversión cercana a los 5.000 euros. También se han instalado paneles informativos, bandas antideslizantes, puesto de socorro y parasoles, así como sendas peatonales aptas para personas con movilidad reducida.

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Sin embargo, según subraya el alcalde, «de poco han valido para esta temporada todos los intentos por mejorar la seguridad y las condiciones de la zona de baño en la playa. Pero no podemos ignorar los riesgos de contagio y rebrotes».

Y es que, a pesar de no contar con la popularidad de la playa de enfrente, la Costa Alegre espera volver pronto a hacer honor a su nombre, ofreciendo todos sus servicios con total garantía.

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