La Virgen de Piedraescrita, la Barranquera, ya está en casa. En la tarde del pasado viernes 31 de marzo volvió a su ermita de donde salió a principios de enero para su restauración. Unos trabajos realizados por el artista Juan José Minaya, de Valle de la Serena, y que han levantado buenas críticas de forma generalizada.
La presentación de la restauración no dejó indiferente a ninguno de los numerosos vecinos que acudieron al acto mariano de bienvenida a la Patrona de La Serena. Y su santuario, como suele suceder en los actos de la Virgen, se abarrotó.
En la entrada un cartel detallaba la restauración de la imagen, con fotos y descripciones del estado anterior y el actual. Pero los vecinos tuvieron que esperar el inicio del acto para ver los resultados con sus propios ojos, ya que la imagen se encontraba escondida tras un pequeño manto rojo con flores alrededor preparado para el evento. Una vez celebrado el acto mariano, los vecinos pudieron retratar la imagen y realizarse unas instantáneas de recuerdo con la virgen.
La Hermana Mayor de la Hermandad de Nuestra Señora de Piedraescrita, Ana María Calderón, se mostraba muy satisfecha: "Ha sido muy acertado el trabajo que ha hecho Juanjo. Estamos bastante satisfechos, ya que había mucho deterioro en la imagen. Los ángeles era lo más visible. El niño también se había caído y estaba pegado, al tiempo que también había bastantes rozaduras por la parte del rostrillo. En definitiva, tal y como nos recomiendan, las imágenes y el patrimonio de las hermandades debe restaurarse con cierta periodicidad para que su deterioro no vaya a más y con ese fin se ha hecho esta actuación".
Calderón señala que quizás a primeros de mayo, tras la feria de abril, organicen un acto o charla-coloquio en la que el autor tenga ocasión explicar el proceso que se ha llevado a cabo en la venerada imagen de la Madre de Campanario.
Sobre el coste de la intervención, la Hermana Mayor prefiere no dar cifras, pues las mismas ya se dieron a conocer en la asamblea de hermanos, y guardarlas para el ámbito de la hermandad. Sí señala que "era un presupuesto razonable".
Lo cierto es que en la ermita, las críticas eran muy favorables al trabajo realizado por Juan José Minaya al comprobar el esplendor que presentaba La Barranquera.
Sobre el trabajo y el resultado final, el propio Minaya señala al HOY CAMPANARIO: "En principio podemos decir que el resumen de la intervención prevista si se corresponde con la intervención que finalmente se ha llevado a cabo, con alguna puntualización. Por ejemplo, no todas las zonas mal encoladas se han podido desprender, por la fragilidad de la zona. Habría que añadir que se ha incidido mucho en la conservación preventiva, buscando que en el futuro no vuelvan a producirse los daños que tenía la imagen, o que al menos se aminoren. Controlando así las manipulaciones, los roces por la colocación de aditamentos como los rostrillos, etcétera". De hecho, el autor estuvo el viernes dando una serie de consejos a las camareras para actuar en futuras ocasiones.
Juanjo añade: "Los restauradores somos inconformistas por naturaleza siempre y buscamos lo mejor dentro de todas las posibilidades. A pesar de esto tengo que decir que he quedado bastante satisfecho con el trabajo y los resultados. El día de la presentación vi a la gente contenta con el resultado, pero tengo que decir que estuve en un segundo o tercer plano, por lo que no pude escuchar muchas críticas. No obstante, en la charla que ofreceré tras la romería, el que quiera podrá conocer de primera mano, tanto el proceso como materiales, técnicas y sobre todo el criterio de intervención que se ha seguido, de acuerdo a la legislación de patrimonio, así como a las cartas y acuerdos internacionales".
Lo importante, es que la Virgen de Piedraescrita ya luce radiante en su trono tras casi tres meses ausente de su Campanario.
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