Veinte caldos participan en el concurso de vinos de pitarra de la Peña Flamenca

Gran ambiente y numeroso público en la celebración de la XIV edición del tradicional Concurso de Vinos de Pitarra que organizaba la Peña Flamenca Duende y Pureza-Pepe el Molinero de Campanario y que se celebró el pasado sábado 4 de febrero.

Concurrieron una veintena caldos que fueron analizados en la tarde-noche del día anterior por los miembros del jurado, constituido por dos personas ya tradicionales y clásicos en estas lides, como eran el enólogo Ramón García González y el socio y afamado catador local José Sánchez Díaz, a quienes se había unido para la ocasión el especialista miajadeño Emilio Naranjo Collado .

Su veredicto dio como ganador en la categoría de dulces a Diego Mandiles, con Julio Ciudad en segundo lugar y Pedro Miguel Ponce alzándose con el tercer premio.

En el apartado de secos, el ganador fue Alonso Díaz Gallego. Segundo sería el vino presentado por los hermanos Trenado, Juan y Antonio, mientras que el tercer puesto lo ocupó un caldo elaborado por Francisco Trenado Kiki y Pedro Rodríguez.

Una vez otorgados los premios, los asistentes degustaron unas extraordinarias migas preparadas por la directiva de la peña. Fueron momentos en los que, aparte de saborear el gusto exquisito de este plato tan popular, se dedicaron a la distendida charla que abarca desde asuntos propiamente flamencos hasta el parecer individual sobre el vino que en ese momento se estaba saboreando.

Como suele ocurrir, y no podía ser excepción la cita del sábado pasado, la lógica se fue imponiendo y el cante y toque presentaron sus credenciales para gozo de los escuchantes, que normalmente también participan de la fiesta, no faltando los bailes improvisados y las rondas por distintos estilos tan del agrado del público que contempla gozoso las variadas propuestas y maneras de interpretar un mismo cante en la voz de distintos cantaores.

Fue el sábado una jornada especial, pues concurrieron, excepto alguna ausencia obligada, prácticamente todos los artistas que tiene la peña, desde los más jóvenes hasta aquellos pioneros fundadores del asociacionismo flamenco de Campanario. Todo ello en un ambiente de gran armonía y respeto, demostrando que este pueblo sigue siendo flamenco con generaciones futuras que aseguran el porvenir y que el maridaje entre gastronomía y arte sigue rayando a gran altura en esta cita anual del mes de febrero.