Los artistas lo dieron todo en el escenario en otra noche flamenca
Rubio de Pruna y Fabiola Pérez, La Fabi, fueron generosos en el esfuerzo en su actuación del 12 de agosto en Campanario
PEDRO MIGUEL PONCE
Lunes, 22 de agosto 2016, 16:31
Han pasado por Campanario en poco tiempo una serie de cantaores que están llamados a ser el relevo de esa generación de lujo que tuvimos allá por los 80 y que ya se han ido retirando por la edad, o bien nos han dejado recientemente, como es el caso de Juana la del Revuelo, Lebrijano, José Menese o Juan Habichuela.
Maite Martín, Antonio Reyes, Jesús Méndez, Rancapino Hijo, Pedro el Granaíno, Samuel Serrano, Miguel Poveda, Arcángel... Todos han estado en nuestro pueblo y van a ser claves en el devenir del flamenco, al igual que otros artistas que comienzan a sonar con fuerza. Ahí es donde está la difícil labor de una asociación flamenca: no repetir nombres y tratar de buscar entre los nuevos valores. Tal es el caso de Rubio de Pruna y de Fabiola Pérez. Al primero le avalaban las múltiples actuaciones en la compañía del mítico Paco de Lucía, Farruquito o Manuela Carrasco mientras que La Fabi venía de triunfar en una plaza tan exigente como Madrid.
Comenzó el de Pruna con cantes de Levante, exactamente con la taranta de Linares Los tempranos. Ya al segundo cante buscó uno de los estilos matrices, la siguiriya, donde realizó varios tercios. Fue casi un cuarto de hora al límite, ejecutada en tonos muy altos. La bulería por soleá o al revés (en esto no nos ponemos nunca de acuerdo) dieron paso a un estilo festero y de compás como son las cantiñas con letras populares como una vez que te quise fue por el pelo o a la mar que te vayas querido Pepe. Suelen la mayoría de artistas realizar un ramillete de fandangos, estilo muy apreciado por estas tierras. La práctica de estos cantes fuera de micro, conlleva que los espectadores más lejanos no puedan apreciar los matices y a veces ni siquiera la letra, por lo que sería recomendable utilizar siempre los medios técnicos disponibles pero el artista es quien manda y ante eso nada se puede hacer. Cerró su actuación Manuel con unas bulerías que recordaban al gran Camarón: La vara de los chalanes Juanola le puso el cura" y también recordó a otros gigantes de este palo como es el caso de Turronero.
Estuvo acompañado por El Perla, que fue el primero en conseguir el favor del numeroso público asistente con una extraordinaria falseta clásica en la siguiriya y, por supuesto, cuando desparramó todo su compás y arte en un cante tan atractivo como las cantiñas, secundado extraordinariamente por Petete y Emilio Castañeda.
Se dio paso al descanso, donde como suele ser habitual hubo corrillos donde cada uno manifestó su punto de vista sobre lo que acaba de ver y escuchar. Diversas opiniones. En la variedad está el gusto.
Irrumpió Fabiola Pérez su actuación de manera poco habitual, por siguiriya, cante que requiere el máximo y en el que hay que darlo todo.
Continuó por bulerías por soleá y cantes de Levante. Sería el turno después para una tanda de fandangos que antecedieron a estilos extremeños tan apreciados en Campanario. Son estilos a los que se puede aplicar la literatura de don Antonio: "Despacito y buena letra/ el hacer las cosas bien/ importa más que el hacerlas". Aquí, la de Arcos de la Frontera demostró ser conocedora de los cantes de nuestra tierra con letras variadísimas, tanto de tangos como de jaleos. La Plaza Alta estuvo muy presente en todo su repertorio, alternándolo con un baile lleno de poses muy flamencas y algunos tercios sin micrófono donde exhibió todas sus facultades.
Elegante y sobrio se mostró en todo momento el guitarrista Paco Heredia, sabiendo dar en cada momento el toque justo, sin alardes pero lleno de flamencura. Soberbios, como con Rubio de Pruna, los dos palmeros.
Había mucha camaradería entre todos los artistas, y como no podía ser menos, nos brindaron un gran fin de fiesta, en el que el director de orquesta fue El Perla, con un toque endiablado, marcando mucho el compás y a velocidad de vértigo, pero sin salir nunca del compás. Es también de agradecer la colaboración del compañero de Fabiola, Zambullo, habitual cantaor de atrás de Farruquito, así como de Lucas y el hijo de Paco Hidalgo, que no dudaron en poner su granito de arena en un final en el que los palmeros demostraron que aparte de jalear y marcar ritmo, saben moverse por el escenario como cualquier bailaor de primera que se precie.
Haciendo un resumen global de la noche flamenca del pasado 12 de agosto, nos encontramos a dos artistas que dieron todo sobre el escenario, fueron generosos en el esfuerzo, sin dejar de reconocer que no es lo mismo estar en la retaguardia del escenario que dar ese pasito hacia adelante que viene a ser como el de los astronautas: "Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad, en este caso, flamenca". Defender una hora de actuación cuando todas las miradas se centran en uno, es mucho más complicado que estar detrás de cualquier primera figura. Andando se hace el camino y esperamos que ambos consigan su objetivo.
Destacar el exquisito comportamiento del público que supo en todo momento guardar el debido respeto y mostrarse generoso con los artistas. Como siempre, la Noche Flamenca estuvo organizada por la Peña 'Duende y Pureza-Pepe el Molinero' y contó con la colaboración del Ayuntamiento de Campanario.
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