El baloncesto en Campanario

Me gustaría aportar unas pinceladas sobre la implantación del baloncesto en Campanario y la evolución de este deporte en nuestro pueblo hasta llegar a la que podemos considerar etapa dorada, por el número de practicantes y la calidad de su juego.

Allá por el inicio de la década de los sesenta del pasado siglo XX se nos ocurrió, a mi amigo Aniceto Sánchez Sierra y a mí, hacer unas canastas de baloncesto. Para culminar la empresa utilizamos los desechos de madera de los bancos de gallinero del cine Delicias, propiedad de Diego Sánchez Díaz, tío de mi socio. Pasamos por el fragüero para encargar unos aros y a jugar en el solar donde hoy se ubica el cuartel de la Guardia Civil. Con terreno inclinado y cancha de tierra practicamos, de esta forma rudimentaria, el primer baloncesto de Campanario los dos impulsores de la idea, los hermanos Cabezas de Herrera (Ricardo, Valeriano y Ramón) junto a su sobrino Ángel Luis, Fernando Caballero Gallardo, Manuel Gallardo Gallardo, Eduardo Morillo-Velarde Gallego, (q.e.p.d.)y algún otro que ahora no recuerdo.

Estas canastas, sostenidas por un palo de adobladar, pasarían al patio del colegio libre adoptado Sagrado Corazón, también con piso de tierra, donde se siguió jugando al baloncesto durante varios años, hasta que los alumnos de este centro, junto a los de Monterrubio, Quintana de la Serena, Zalamea de la Serena y pueblos de alrededor pasaron, por decreto, al instituto Manuel Godoy de Castuera, centro creado exprofeso para ello. Practicaron el deporte de la canasta la mayoría de los estudiantes de Bachillerato de Campanario, hasta su traslado a Castuera.

El fruto de este trabajo fue la conquista del I Trofeo Ciudad de Lares masculino, en el que participaron Mérida, Almendralejo, Villanueva de la Serena, equipo anfitrión, y Campanario. Los jugadores que participaron por el Campanario en el torneo fueron: Mañas, Sheriff, Andrés Fuentes, Manchón, Francisco Fernández, Diego Huertas, Gálvez, José Sánchez, Paco Corea, Antonio Barril, Nito, Miguel Blanco, Antonio Botas y Francisco Agostón.

En el curso académico 1981-82, nuevo traslado de alumnos, esta vez desde Castuera a Campanario para estudiar en el colegio municipal, más tarde Instituto Municipal que desembocaría, con el tiempo, en el actual IES Bartolomé José Gallardo. Ya se había participado con los alumnos de séptimo y octavo de EGB en los juegos escolares, como se venía haciendo anteriormente en los programados por la OJE, obteniendo buenos resultados en fútbol (campeones provinciales de fútbol flecha), campo a través (campeón español del certamen hispano-portugués celebrado en Mérida, logrado por Francisco Jurado Arcos), y no se hacía mal papel en baloncesto, donde destacaron Juan Díaz, Javier Hellín, Miguel A. León, Miguel Caballero, Diego Piropo, Miguel Blanco, Goyo Escudero

El baloncesto empezó a resurgir con un equipo federado de infantiles, en este 1981-82, con los Sabas Tejeda (tristemente fallecido a los quince años), Lorenzo Ricardo Díaz, Sebastián Gallardo, Félix Gálvez, Juan Antonio García, Diego Carmona Pangui, Alfonso Tejeda, Juan Antonio del Puerto, Juan Álvarez, Juan Martín, Benito Murillo Gallardo, Antonio Muñoz, José Mª Sosa, Alonso Arenillas, Diego Guerra y Rodrigo Gallardo (q.e.p.d.). Rodrigo poseía un poderoso detent (salto vertical), por ello era el destinado al salto inicial y, a pesar de tener el contrario más altura, el primer balón del partido solía ser para el Campanario. En los JUDEX de 1984 lograron el subcampeonato de Extremadura de cadetes, cuando pudieron ser proclamados campeones, pues el otro equipo finalista, San Antonio de Cáceres, debió ser eliminado por estar federado, situación ésta prohibida por el reglamento confeccionado por el Director General de Cultura y Deportes de la Junta de Extremadura, José María Jiménez Campos.

Las compensaciones por esta irregularidad fueron quince días de estancia en Mijas y la participación en el campeonato de baloncesto de Lisboa junto al Benfica, Barreirense y Alges e Dafundo que era el equipo organizador. Al no tener equipo seniors, el Campanario invitó al Doncel a la convivencia en Portugal que resultó todo un éxito. Los jugadores se relacionaron y estrecharon lazos de amistad devolviéndonos la visita al año siguiente y usando la expedición portuguesa como alojamiento la casa de cada jugador del Campanario. Tan conformes quedaron las partes que volvimos a repetir en 1986, pero esta vez sólo el equipo junior de Campanario.

A estos jugadores les fueron sucediendo otros que llegaron a jugar en primera división regional: José Castillo, Antonio Pilón, Alonso Díaz, Antonio Blanco, Benito Murillo, Antonio Ventura Díaz, Juan Pajuelo, Antonio Horrillo, hermanos Salguero (J. Manuel, Javi y David), Juan Flores y Jesús Tejeda, Andrés Roki, Diego Hellín, Alfonso López, Olivares, Pepe Juan, Goyo, Ferro, Jose Pirataque compitieron con equipos del potencial baloncestístico como Cáceres, que lo hacía con dos equipos, igual que Plasencia, Salesianos de Mérida, San José de Villafranca, Navalmoral de la Mata, Almendralejo y Badajoz.

Al no tener equipo en categoría absoluta, cuando pasaban de la edad junior, los que pretendían seguir practicando baloncesto lo hacían en la Universidad, Doncel de Villanueva y alguno, como Antonio Titi, en la Barriada de Llera de Badajoz. En el Doncel llegaron a jugar Lorenzo, Alfonso, Horrillo, Titi, Salguero y Castillo. Esta presencia de campanarienses en el equipo serón motivó que Diego García Campos, fallecido en plena juventud, en sus programas radiofónicos bromeara con el nombre del Doncel, invitando al colectivo a que se llamase Doncel-Piedraescrita.

Llegamos a competir con siete equipos masculinos y cuatro femeninos. Los equipos femeninos lograron el Campeonato Provincial Infantil de Federadas al ganar al Colegio de las Josefinas de Badajoz, a domicilio, en 1989 y el juvenil logró el campeonato los años 1989 y 1990. A la hora de dirigir los partidos se contaba con la ayuda de Leandro García, Ramón Mora, Lorenzo Ricardo Díaz, Alfonso Tejeda, Gregorio Miranda, Paulino y una muy importante de Miguel Caballero.

El elenco de jugadoras estaba formado por: Toñi Durán (q.e.p.d.), Pilar Cano-Cortés, Antonia Huertas, Julia Gallardo, Leo Carmona, Maribel Gallardo, Dorinda Carmona, Toñi Benítez, Cati Mateos, Inés Murillo, Maribel Donoso, Chelo Barquero, Mercedes Gallardo, Julia y Mónica Barquero, Ana, Mariu y Rocío Fernández, Isabel Madrigal, Ana Bolaños, Eva del Puerto, Mª Victoria Sánchez, Paqui Tena, Nuria Ayuso, Maite Díaz, Rosa Carmona, habiendo sido las pioneras Mari Velasco, Flor Ayuso, Vitorina Cruces

La satisfacción que me queda de esta etapa, no es otra que haber tratado de enseñar a más de cien muchachos y muchachas de mi pueblo un comportamiento noble y correcto a través del deporte y los innumerables amigos que he dejado por toda la geografía extremeña, algunos en Portugal; y una pizca de rabia por no haber contado, ni como jugador ni como dirigente, con un pabellón cubierto. Gracias a los que, cuando llovía, nos dejaron su pabellón, como los amigos Paco Martos en Castuera y Segura (q.e.p.d.) en Villanueva, así no nos dieron algún partido por perdido sin jugarlo.

Recién inaugurado el pabellón se formó un buen conjunto de baloncesto en categoría senior con los jugadores procedentes de los diferentes equipos que habían jugado en el Campanario, dirigidos por Juan Martín Pajuelo. Por primera vez se contaba con un jugador que superaba los dos metros de altura, Fidel Pérez Munuera, que era de los más jóvenes junto a Goito y Victor. Y con el vicario Manrique se contaba cuando el oficio de su ministerio se lo permitía.

Ahora sí hay pabellón, pero