Ventanas de papel (hoy por Hoy)
"Cuatro años han pasado desde que abrió de par en par sus hojas (virtuales y de papel) este micro-relato del quehacer diario de las gentes de Campanario. Un regalo que el periódico HOY ha querido hacer a nuestro pueblo, como a otros, demostrando una vez más su implicación para con la sociedad extremeña"
BARTOLOMÉ MIRANDA DÍAZ
Martes, 16 de febrero 2016, 11:55
Al menos un fin de semana al mes regreso a Campanario con la familia y al llegar, sobre la mesilla de noche, ahí está el ejemplar mensual del Hoy Campanario que mi madre me guarda sin que se le pase un solo número. Es ya todo un ritual que, tras deshacer las maletas, descorra las cortinas de esta modesta ventana de papel para asomarme a ella y poder así asistir a la resumida picota de la tarde (que diría el amigo Diego Piropo).
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Hoy, como la vez pasada, el ritual se ha repetido. En diez o quince minutos me he puesto al día de lo que mis familiares, amigos y paisanos han vivido despacio durante los últimos treinta días, del cuchicheo político, de las actividades culturales y deportivas, de las mejoras en las infraestructuras del pueblo, de las quejas y reclamaciones... No faltan entre sus páginas las estampas antiguas hechas fotos, que nos recuerdan lo que fuimos; ni la semblanza de algún paisano contemporáneo que sale a la palestra por sus méritos, anunciándonos así lo que somos ahora: un pueblo con historia que quiere seguir haciendo historia.
Cuatro años han pasado desde que abrió de par en par sus hojas (virtuales y de papel) este micro-relato del quehacer diario de las gentes de Campanario. Un regalo que el periódico HOY ha querido hacer a nuestro pueblo, como a otros, demostrando una vez más su implicación para con la sociedad extremeña.
El HOY en la memoria
Aún tengo fresco el recuerdo (y ya han pasado más de tres lustros) de cuando, en compañía de mi tío Bartolomé Díaz y Dionisio Martín, fui por primera vez a la Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País de Badajoz. Esa histórica institución, creadora de la primera biblioteca pública extremeña (en 1871), en cuyas estanterías se conserva una de las pocas colecciones completas del periódico HOY. Aleccionados por el coronel (de la Coronada, que no militar) Juan José Arias Moreno, acudimos a aquel fondo con la segura esperanza de encontrar algunas noticias sobre el pueblo. Por aquel entonces andábamos pergeñando lo que habría de ser la gran enciclopedia de Campanario y el HOY se vislumbraba como un repositorio fundamental. En efecto, la consulta no defraudó. Tras varias horas de meticuloso repaso, dimos con un buen número de crónicas que hablaban de Campanario. Juan Francisco Rodríguez, corresponsal del HOY en nuestro pueblo entre finales de la década de los 30 y los años 70, nos abría los ojos para ser (o volver a ser) testigos de aquel tiempo. Desde su casa sita en la plaza del Carmen, Juan Francisco no dejaba de enviar sus crónicas casi semanalmente- a las oficinas centrales del rotativo dando en ellas buena cuenta sobre las bodas que se celebraban en el pueblo, la entrada en sociedad de los mozos y mozas, la llegada de viajeros ilustres, las crónicas futbolísticas, el repaso anual a la feria y la romería, y toda una serie de sucesos, algunos de lo más disparatado. Recuerdo haberme topado con la noticia del viaje de novios de mis abuelos (Sebastián y Catalina) que se retiraron por unos días al exótico paraíso (entonces y ahora) de los Casares en la sierra de La Guarda; así como con los anuncios (vintage dirían ahora, entonces modernísimos) de la crema Nínive y el matalangostas Tristán que el farmacéutico don Diego Sanz fabricaba en su laboratorio Calatrava de la calle Hernán Cortés. Recuerdo con asombro algunos de los artículos publicados por dicho farmacéutico. En ellos trataba sobre los múltiples beneficios que tendría para Campanario la implantación del negocio de la seda mediante la puesta en marcha de granjas de gusanos en la localidad ¿Plantaría él las moreras de la estación vislumbrando el proyecto? me preguntaba entonces no sin cierta ironía-.
El párroco don Manzano Garías también se hacía presente, de cuando en cuando, entre las páginas del periódico HOY. Sus crónicas hablaban, ya sobre Pedro de Valdivia, ya sobre las obras de restauración de la parroquia, ofreciendo en ellas toda una serie de datos que se hicieron fundamentales a la hora de redactar el capítulo artístico de la enciclopedia campanariense.
En definitiva, el HOY nos contaba lo que los documentos del Archivo Histórico Nacional y el General de Simancas no sabían pronunciar. Aquellas microhistorias que daban su completo sentido a la historia del pueblo.
Felicidades
Por todo ello, estoy convencido de que la labor que hace este modesto periódico: de difusión, de revelador encuentro, de punto de partida, de debate, de generador de opiniones, de pulso vital, al fin y al cabo, es fundamental y ayuda a generar -como decía Piropo un año atrás- un sentimiento de comunidad más vivo y compartido.
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Felicidades pues HOY Campanario por estos cuatro años de vida. Esperemos seguir abriendo tus ventanas de papel mes a mes, durante muchos años, y que nuestros hijos y nietos encuentren entre ellas -el día de mañana- el espejo de lo que un día fuimos.
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