A caballo para ver a la 'Morenita'

Un grupo de amigos, siete de ellos en sus cabalgaduras, volvieron a completar la ruta hasta Guadalupe partiendo desde Campanario

PPLL

Martes, 20 de octubre 2015, 08:23

Y cuando se cae la hoja, yo preparo mi caballo, mi bocao y mi montura, y voy a ver a una Virgen que es reina de Extremadura.

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Haciendo honor a la sevillana y como manda la tradición, el pasado día 9 de este mismo mes, hacia las nueve de la mañana comenzaban su aventura camino de Guadalupe un grupo de amigos en sus cabalgaduras, siete de ellos en sus cabalgaduras: cinco caballos y un mulo.

Daban comienzo a tres días de peregrinaje para recorrer los 85 kilómetros que separan Campanario de Guadalupe. Peregrinaje en honor a la patrona de Extremadura, conmemorando su coronación como Reina de la Hispanidad cada 12 de octubre.

Una pará en el arroyo, que beban los animales, que se refresquen los cascos y descansen los chavales. Pégale un muerdo al chorizo y dale un trago a la bota y prepara la pelliza porque el cielo se encapota.

Fueron tres días y dos noches por senderos y caminos. En la primera etapa atravesaron el río Zújar y el Guadiana. Cruzaron la comarca de la Serena con sus pastizales, los semillares de Orellana junto a su sierra, para llegar a Navalvillar de Pela donde pernoctaron la primera noche.

El río Gargáligas y la presa de Ruecas fueron lugares de paso para desembocar, el segundo día, en los encinares que dan paso a las Villuercas. Esta noche pernoctaron en Logrosán, en la finca El Mancho.

Para el tercer día, con cielo encapotado, caballos y jinetes se prepararon para la última etapa. El cansancio ya hacia mella en sus cuerpos, pero los nervios eran calmados con la templanza del Monasterio de fondo. La subida al alto de Puertollano y los rodeos por el valle de la Sierra de Guadalupe daban paso, al son de los cascos, a la subida de la calle de las Flores, para finalizar en esa plaza de Guadalupe abarrotada de personas que daban la bienvenida al grupo de peregrinos.

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Qué bonita está la Puebla con sus callejas y sus fuentes, sus balcones de maderas, su Monasterio y su gente. El día 12 de Octubre rebosa hospitalidad cuando llega la rendida Marcha de la Hispanidad.

Después de todo un año de espera, con la medalla colgada y las emociones a flor de piel, este grupo de 18 personas entre mayores y niños, algunos de los cuales hicieron la ruta en coche o andando, terminaba su 31ª Marcha de la Hispanidad cantando una Salve a la Virgen y dando las gracias por estos días vividos entre familia y amigos. 31 ediciones que han completado los más veteranos, aunque año tras año se incorporan nuevos peregrinos.

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