Encantada con la vuelta a sus orígenes
Tras 47 en Francia, Leo Murillo ha vuelto a su Campanario natal y ha montado un bar con su marido en Villanueva de la Serena
Fran Horrillo
Lunes, 5 de octubre 2015, 08:36
En Francia era Éléonore Dufourcq. De hecho, ese es el nombre con el que se identifica aún en su perfil de Facebook. Sin embargo, el regreso a su Campanario querido, ha llevado a Leonor Murillo Duforcq a recuperar también su identidad perdida.
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Leo, hija de la campanariense Antonia de la Rosalía y de Manolo, natural de Quintana, recuerda que ella tenía 3 años cuando su familia se marchó a Francia en busca de un futuro laboral más esperanzador. Y en el país galo ha pasado ni más ni menos que 47 años.
En Francia, Leo ha trabajado en innumerables ocupaciones. Ha estado en un tribunal, en una relojería, tuvo un bar y, últimamente, se dedicó a cuidar a personas mayores. Sin embargo, como reconoce, su felicidad no era completa pues siempre tuvo en su pensamiento a Campanario, donde regresaba todos los meses de agosto que podía, con sus padres, para recargar las pilas. Y es que, como rememora, cuando volvíamos siempre a Francia nos íbamos con las lágrimas en los ojos, y nos pasábamos el invierno llorando, porque lo que queríamos era volver a nuestro pueblo y contábamos los días para regresar de nuevo.
En tierras francesas vivió con sus padres, que siempre tuvieron presente a su pueblo a través de la Virgen de Piedraescrita, presente en un cuadro de casa y en medallas que llevaban colgadas.
Leo tiene 51 años, está casada desde hace 18 con Philippe, con la que tiene una hija, aunque no es la única pues esta campanariense tiene otra hija fruto de un anterior matrimonio.
Vivió en un pueblo cerca de Burdeos, sin embargo reconoce que la vida allí era completamente diferente a la de España: Allí la vida es totalmente distinta a la de aquí. En nuestro pueblo la gente vive muy bien, ya que para empezar aquí tenemos mucho sol y allí donde vivíamos estaba siempre lloviendo. Además, en Francia no se sale como aquí, a tomar una caña o a cenar con los amigos, ya que primero es muy caro y luego los bares a las seis o las siete de la tarde están cerrados y no hay vida, ni entre semana ni los fines de semana.
Esa rutina diaria no les llenaba ni a Leo ni a Philippe, y menos desde que su marido conoció nuestra tierra. Aunque el primer año que vino dijo que no volvería más, porque pasó mucho calor, en la siguiente ocasión que volvió se quedó enamorado de Campanario y por eso nos empezamos a plantear el venir para acá.
Dicho y hecho. Philippe dejó su trabajo en Hacienda, vendieron su casa, sus propiedades y recalaron en Campanario, donde residen desde febrero pasado. De momento, tanto sus padres como sus hermanos se han quedado en el país galo.
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En concreto, ellos viven en una casa que tienen bautizada como Villa Rosalía, que su padre levantó cuando tenía 8 años y con vistas a la Laguna, el rincón más bonito para ella: Levantarme por las mañanas y contemplar la laguna desde la terraza te llena de energía. Todo lo contrario que Francia, cuando salías por la noche a fumarte un cigarro y no veías ni una estrella en el cielo. Era una vida triste.
Ahora, tanto Leo como Philippe han abierto un negocio de hostelería en el parque de la Constitución de Villanueva de la Serena. Se llama La Torre Eiffel y es una mezcla de pizzería heladería y cafetería. Y aunque no se pueden quejar de cómo les va el negocio, su deseo es poder abrir un bar en Campanario.
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De momento, no nos podemos quejar de cómo nos va y aunque le echamos muchas horas, siempre sacamos algo de tiempo cuando cerramos, para salir a tomarnos alguna caña o cenar en bares de Campanario. El próximo reto será poder abrir algo en nuestro pueblo, afirma Leo.
El caso es que ella está encantada con su vuelta a Campanario donde, como apunta, la gente es encantadora, no como en Francia donde la gente es más rara, suelen ser muy egoístas y piensan mucho en ellos. Por eso, no duda en afirmar que con este cambio de residencia y con la vuelta a sus raíces, que siempre tuvo en mente, se ha quitado años de encima.
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