El Ayuntamiento: la democracia más cercana
"La auténtica prueba de la democracia no radica precisamente en dar poder a una mayoría victoriosa, sino que en realidad se basa en una nueva actitud, una nueva forma de abordar el problema del poder y la participación de la sociedad civil"
ANTONIO VENTURA DÍAZ DÍAZ
Lunes, 6 de julio 2015, 17:02
El sábado 13 de junio se conformaron los ayuntamientos de toda España, después de las elecciones que tuvieron lugar el día 24 de mayo pasado. En Campanario fue elegido Elías López, quien repite por segunda vez en su responsabilidad de Alcalde de nuestro pueblo, representando al partido socialista. A él le deseamos todo lo mejor para que pueda llevar adelante todos los proyectos que, sin duda, seguirán revirtiendo en un Campanario cada vez mejor, pues queda mucho por hacer y por conseguir hasta poder ver que nuestro pueblo y Extremadura en su conjunto se sitúan en la media de desarrollo del conjunto de Europa.
Todos, unidos por encima de cualquier otra circunstancia, tenemos que aportar lo mejor de cada uno para sentir cercano el tiempo en que veamos asegurado el futuro de nuestros hijos y de nuestros nietos en nuestro propio ámbito, sin tener que recurrir a la sufrida emigración de la que tanto sabemos en Campanario, cuando varias generaciones tuvieron que salir de Extremadura para sufrir el terrible rompeolas de territorios extraños y culturas diferentes por imperativo vital.
Es cierto que los Ayuntamientos son las instituciones democráticas más cercanas y es cierto también que hemos evolucionado positivamente, si hacemos una comparativa con los primeros años de la Transición democrática, proceso que por otra parte merece todo el respeto y reconocimiento de cualquier ciudadano español, como respetado y alabado es en el conjunto de Europa y del mundo. Fue un proceso ejemplar liderado por el Rey Juan Carlos, Adolfo Suarez, Manuel Fraga, Felipe González y Santiago Carrillo, haciendo fundamental el mantenimiento del consenso constitucional en cuanto defensa del sistema de libertades por la derecha y por la izquierda, la recuperación de los valores éticos como inspiradores de toda acción política, contrariando con la verdad la concepción torticera que hoy quieren hacer algunos empeñados en deslegitimar la Transición Española hacia la democracia.
Todo ello sin dejar de lado la recuperación de unos signos de identidad para una política económica y social distinta para favorecer la igualdad de oportunidades. Por eso, es necesario inculcar en nuestros jóvenes, si pretendemos divisar siempre tiempos mejores para nuestro país, un fervor militante -en ideas y actos- que conformaron y dieron vida a la Transición.
Si nos ceñimos al proceso histórico y concreto relacionado con nuestro pueblo, son muchas las consideraciones que se podrían hacer: ¿De dónde veníamos? ¿Quiénes éramos? ¿Hacia dónde caminábamos? Preguntas complejas que no tienen respuestas simples. Lo cierto es que la Transición también llegó a Campanario y por tanto a su Ayuntamiento. Ocuparon democráticamente la Alcaldía Francisco Ayuso Fernández, quien desgraciadamente se nos fue demasiado pronto. Allá donde se encuentre le trasmitimos nuestro afecto y mejor recuerdo de gratitud y amistad. A continuación Juan Pérez Díaz, Fernando Caballero Fernández y Piedraescrita Jiménez Díaz. A todos ellos nuestro homenaje y respeto para siempre con gratitud sincera por su labor y compromiso con el interés general de todos los ciudadanos de nuestro pueblo.
La labor material que han realizado, que es mucha y muy importante, ahí está para el que la quiera ver. Nadie puede poner en duda los pasos importantísimos que se han ido dando en todo lo que tiene que ver con infraestructuras. Pero también nos debe interesar, en este momento, a mi entender, la importancia de desarrollar la participación democrática, que tiene una base y un fundamento en todos los periodos que nos precedieron y que fueron gestionados con políticas honestas y comportamientos honrados de nuestros responsables políticos.
Era la sociedad española la que quería que los partidos políticos, los mayoritarios y los de menor representación llegaran a acuerdos en asuntos que mantuvieran a salvo y fortalecieran lo esencial de nuestro orden constitucional. Quería también la dignificación de la actividad política y la ejemplaridad del servidor público, para que pudieran prevalecer siempre los intereses colectivos por encima de los partidistas. En esencia ese fue el espíritu de la Transición, cuyo éxito es atribuible a toda la sociedad española que demostró compromiso, madurez y responsabilidad.
Puede parecer extemporáneo. Algunos lo calificaran de trasnochado, sin embargo mi posición defiende que ese espíritu nunca se debió perder y con seguridad que nos hubiésemos ahorrado muchos disgustos y muchos problemas de los que hoy somos testigos: los referentes éticos en la práctica política son indispensables. Sin ética no hay sociedad posible. Una ética como código de normas y de leyes que debe cumplir obligatoriamente todo el mundo para hacer posible la vida social. (Ahí cercano tenemos la pitada al himno nacional de España). Todos tenemos que cumplir unas normas necesarias y tenemos que atenernos a una disciplina de la moderación, del respeto al otro, de la justicia, del equilibrio. Nadie está eximido de cumplir esas exigencias, sino que todos tenemos racionalmente que comprender que son necesarias para preservar nuestra vida.
La auténtica prueba de la democracia no radica precisamente en dar poder a una mayoría victoriosa, sino que en realidad se basa en una nueva actitud, una nueva forma de abordar el problema del poder y la participación de la sociedad civil. Si la democracia equivale al autogobierno y al autocontrol de la propia sociedad, el reforzamiento de la sociedad civil y la capacidad colectiva para regirse democráticamente serán elementos fundamentales del sistema democrático.
En definitiva, la clave no está en el poder que se ejerce sobre la sociedad, sino en el poder compartido con ella a través de los cauces de participación que hay que establecer, como expresión de una sociedad dinámica y emprendedora.
Reitero mis mejores deseos a todos los ediles del nuevo Ayuntamiento y a nuestro Alcalde. La suerte está echada. Por Campanario, por Extremadura, por España.
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