Lugares con historia: el Monasterio de Nuestra Señora de la Encarnación

Diario HOY Campanario comienza una nueva sección titulada 'Lugares con historia'. Está dedicada a los lugares más antiguos de la localidad, la antigüedad que esconden sus muros y la historia que estos comenzaron a contar hace siglos.

Esta primera edición se centra en el Monasterio de Nuestra Señora de la Encarnación, conocido como el Convento de las Clarisas. Uno de los elementos arquitectónicos más relevantes del pueblo de Campanario.

Fundado en el año 1636, su patio, dependencias interiores y arquitectura en general muestran las facetas constructivas de los siglos XVII y XVIII.

La planta del templo, claramente de cajón y muy estrecha con cúpula sobre un crucero muy poco desarrollado, pone de manifiesto las características del barroco pleno, posiblemente de la segunda mitad del siglo XVII o principios del XVIII.

La bella espadaña de ladrillo que se alza en su exterior y que soporta las campanas, destaca sobre todo por la perfección en la utilización del material, decoración con cerámica, así como por la escultural figura estética y valor histórico artístico.

Habitado por la Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara, está ubicado en calle Las Monjas 12-A. Puede visitarse los días laborables a las 8.30 horas y festivos a las 9.30 horas, y contactar a través del número 924 831 311. Además, allí pueden adquirirse dulces tradicionales elaborados artesanalmente por las Hermanas.

Su carisma fundacional y obras a las que se dedican las Hermanas se basan en la vida contemplativa como su primordial y fundamental apostolado: «Según los designios de Dios, es nuestro modo original y propio de ser Iglesia, de realizar la comunión con la Iglesia, de cumplir una misión en la Iglesia».

Santa Clara, fundadora de la Orden, nació en Asís y, cautivada por la vida y doctrina de San Francisco de Asís, decide consagrarse al Señor viviendo el Evangelio. El 18 de marzo de 1212, es recibida por San Francisco en Santa María de los Ángeles.

En 1216 Clara obtiene del Papa Inocencio III el 'privilegio de la pobreza'. En agosto de 1253 el Papa Inocencio IV la visita en su lecho de muerte y éste aprueba y confirma la regla escrita por ella misma.

Falleció el 11 de agosto de ese año. Muy pronto comenzaron a llegar multitudes de peregrinos al lugar donde yacía la religiosa, popularizándose una oración a ella dedicada: «Verdaderamente santa, verdaderamente gloriosa, reina con los ángeles la que tanto honor recibe de los hombres en la tierra. Intercede por nosotros ante Cristo, tú, que a tantos guiaste a la penitencia, a tantos a la vida».

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