Kiko se reencuentra con su familia casi un año después de su desaparición

La historia de Kiko es la de muchos perros, aunque él puede presumir de que la suya ha tenido un final feliz. Y a ello ha contribuido la Asociación SOS Animales Campanario, que ha logrado volver a reunirlo con su familia, casi un año después de que se separaran.

Fue el 2 de marzo del 2020 cuando se perdió el rastro de Kiko en Entrerríos, donde vivía con Manoli y su familia desde hacía unos seis años. Este Yorkshire era conocido y querido por todos los vecinos por la localidad, por su carácter juguetón, asegura Manoli Tanto es así que la acompañaba a todos los recados, a las visitas e incluso a las clases de aeróbic. Si le hubieran dejado él mismo se habría puesto a a brincar con el grupo de gimnasia, por su carácter alegre. Aunque siempre le tocaba esperar pacientemente en la puerta.

Un día la familia tenía que ir a Villanueva de la Serena y al abrir la puerta para sacar el coche araje Kiko salió a la carrera y no pudieron cogerlo. A la vuelta, esperaban que el animal hubiera regresado, ya que se conocía muy bien el pueblo, pero no estaba.

Por más que lo buscaron durante días el can no apareció. Sus responsables estaban seguros de que alguien lo había cogido y se lo había llevado.

En la familia el desconsuelo era mayúsculo, «ya que a Kiko solo le faltaba hablar, era uno más de la familia», explica Manoli. Todos los cuidados y mimos eran pocos para su perro, con el que su nieta también se había encariñado.

Pidieron ayuda a través de las redes sociales por si alguien lo había visto e interpusieron una denuncia. Y poco a poco, aunque la pena por Kiko seguía, se fueron haciendo a su ausencia. «Incluso mi hija me dio otra perrita que tenía, que se llama Noa, y a la que siempre llamábamos Kiko porque nos equivocábamos», cuenta anecdóticamente.

Pero entonces, hace solo unos días, en Campanario alguien vio en la calle Paseo de Extremadura a un Yorkshire adulto, bastante desaliñado, desorientado y que no se dejaba coger. Avisada la Asociación SOS Animales Campanario, lograron cogerle y tras contactar con la Policía Local para pasarle el lector del microchip y constatar que había una denuncia puesta por su desaparición ante la Guardia Civil se pusieron en contacto con la familia de Entrerríos. Una labor que ha devuelto la felicidad no solo a la familia, sino también al perro.

Cuando Manoli cogió el teléfono «me quedé sorprendida y no reaccionaba» ya que pensaron que Kiko nunca regresaría con ellos. Pero tras el susto inicial, estallaron de alegría «y también en llantos, porque mi nieta de 13 años cuando lo vio no paraba de llorar», dice.

Tanto su familia como la protectora dicen estar convencidos de que, durante este tiempo, casi un año, alguien ha tenido al animal «que nos lo quitaron aquel día, seguro», comenta Manoli.

Por fin, desde hace unos días Kiko está en su hogar donde bien seguro ahora tendrán todo el cuidado del mundo para que no se vuelva a escapar y caer nuevamente en las manos que no debe.

No todos los perros desaparecidos corren la misma suerte que éste, por eso es tan importante la labor que desempeñan asociaciones como la campanariense, que casi cada día se enfrenta casos que no tienen un final tan feliz.