El pasado 5 de noviembre, en la ermita del Carmen, se celebraron las elecciones a la Hermandad Nuestro Padre Jesús Nazareno y Santísima Virgen de la Soledad.
Fue una la candidatura presentada al proceso electoral y recibió el apoyo de muchos hermanos que a lo largo de las dos horas en la que estuvo abierta la mesa se acercaron para mostrar su apoyo, como así dieron fe la presidenta de la mesa, Agustina Escudero y el secretario de la misma, Pedro Maximiano al cierre de la misma.
La nueva junta integrada por los siguientes miembros: como Hermano Mayor Inés María Escudero Trenado, como Secretario Antonio Fernández Trenado, como Tesoreroa Catalina Delgado Gallardo, y como vocales Manuel Jesús Sánchez Rodríguez, Ana Blanco Gálvez, Fernando Benítez Cruces y María José Donoso Moreno.
Tras tomar posesión, seguirán trabajando y engrandeciendo una Hermandad fundada en 1667 y que en la actualidad cuenta con 700 hermanos, siendo la última fundación del siglo XVII en Campanario y la única que ha llegado hasta aquí.
La Hermandad hoy
Día de la votación en la ermita del Carmen
CEDIDA
Las imágenes titulares de la Hermandad son Nuestro Padre Jesús Nazareno, que porta la cruz en su hombro en el camino al Calvario, y la Santísima Virgen de la Soledad, que porta en sus manos un pañuelo, un rosario, la corona de espinas y los tres clavos. Además, desde el año 2008 la Hermandad se encarga de la organización de la procesión de Jesús Orando en el Huerto y del cuidado de la imagen.
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Actualmente, tanto la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de la Santísima Virgen de la Soledad y la imagen de Jesús Orando en el Huerto, se encuentran en la Ermita de los Mártires, una construcción del siglo XIV con larga tradición dentro de Campanario que guarda entre sus muros pinturas de origen mudéjar y renacentista, que dan fe del paso del tiempo y de las diversas etapas vividas.
Dato curioso
Cabe destacar entre los datos curiosos de la Hermandad que, en el año 1898, dado que en Campanario no existía Cofradía de la caridad para auxiliar y reconfortar a los reos y penitenciados, la de Jesús Nazareno asumía esta práctica piadosa cuando tuviesen que auxiliar a algún sentenciado a la última pena.
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