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Antonio Miranda Trenado. HOY
¡Hola, COVID!

¡Hola, COVID!

MALNACIDO Y ENDEMONIADO ·

Me dirijo a ti, malnacido y endemoniado Covid, y desde el primer momento me permito el tuteo porque, aunque infundes respeto, tu nombre, de tanto oirlo, decirlo y usarlo, se nos ha hecho tan desafortunadamente familiar que no descarto para nada que, a pesar de ello y no tardando mucho, haya quienes se lo apliquen a perros, gatos, pájaros, caballos… y mascotas de todo tipo.

ANTONIO MIRANDA TRENADO

Miércoles, 5 de mayo 2021, 20:02

Me dirijo a ti, malnacido y endemoniado Covid, y desde el primer momento me permito el tuteo porque, aunque infundes respeto, ¡qué digo respeto!, ¡miedo! y mucho, tu nombre, de tanto oirlo, decirlo y usarlo, se nos ha hecho tan desafortunadamente familiar que no descarto para nada que, a pesar de ello y no tardando mucho, haya quienes se lo apliquen a perros, gatos, pájaros, caballos… y mascotas de todo tipo.

Y seguro estoy de que, en el ámbito de las contradicciones que tiene este azaroso vivir, adquieras con el tiempo, llevando hasta el extremo la paradoja, un significado intrínsica y extrínsicamente delicado y cariñoso cuando seas empleado en esas denominaciones.

También habrá, en muchísima más cantidad, quienes te detesten, te maldigan y no quieran oir tu nombre ni verlo en pintura por los diversos daños que les hayas inferido: muertes y contagios de familiares y amigos/as, ruinas económicas, desempleos y desequilibrios de todo tipo.

Yo, por mi parte, que soy de los que se encuentran en este último grupo, he de decirte que te he recibido en forma de vacuna y espero que, a pesar de la que está montada con el tema, hayas llegado tan debilitado a mi organismo que mi sistema inmunitario no tenga dificultad en reconocerte, luchar contra ti, vencerte y salir reforzado para plantar cara con éxito a otros colegas que lleguen con tan mala idea como tú.

Ese es el secreto de toda vacunación y confío en que este procedimiento no nos falle y podamos seguir afirmando que este descubrimiento de las vacunas y los de la potabilización y depuración de las aguas han sido las medidas sanitarias que más vidas han salvado a lo largo de la historia de la humanidad.

Mas ahora, aún desde la temida cercanía, pues andas ahí, al acecho, a ver si nos pillas en algún descuido para hacer presa en nosotros, quisiera decirte algunas cosas a propósito de las situaciones a las que has dado lugar y seguirás dando no sabemos por cuánto tiempo.

Has hecho que saquemos de su natural espacio y generalicemos palabras y expresiones que han perdido buena parte de su secular condición y naturaleza. Citaremos algunas de las más empleadas. Por ejemplo el término confinamiento. Con rancio sabor a Código Penal, junto a Extrañamiento y Destierro constituían las tres penas graves restrictivas del derecho a la libertad ambulatoria. La Real Academia de la Lengua, (RAE), siempre vigilante y diligente, ya ha añadido en el Diccionario la acepción correspondiente al contexto en el que el infinitivo confinar y su forma sustantivada confinamiento están siendo utilizadas.

Distancia social, como recomendación para evitar tu propagación. No muy afortunda esta expresión ya que lo social se contrapone a lo personal y el contagio se produce, en su caso, de persona a persona, por lo que la sugerida distancia debe ser interpersonal. (Debido a su incorrección, esta expresión está siendo ocasionalmente sustituida por otras que reflejan más acertadamente la realidad).

Desescalada. Su empleo viene a tener el significado de que la pandemia se viene abajo, que afecta cada vez a menos gente, aunque las oleadas no dejan de sucederse. Igualmente ha sido incluida por la RAE en el Diccionario, ya que ha adquirido carta de naturaleza pues, a día de hoy, es una de las palabras más utilizadas tanto en los medios de comunicación como entre la ciudadanía.

Y finalmente, nueva normalidad, que trata de retratar una situación efectivamente nueva pero que nunca puede ser normal porque durará tanto como la propia pandenia. Entonces se volverá no a una nueva normalidad sino a la normalidad sin adjetivaciones. Lo normal no es nuevo ni viejo, es simplemente normal.

No obstante, y a pesar del tono seudometafórico con en el que se ha pretendido envolver a estas expresiones, todos entendemos fácilmente su significado porque su aplicación se ha producido justamente en el tiempo concreto y preciso en el que estaba ocurriendo el hecho al que se referían.

Pero mira, maldito Covid, dejando a un lado estas reflexiones que no pretenden ser rigurosas, sino que tratan de mostrar el parecer de alguien preocupado por los acontecimientos que estamos viviendo, por ti han salido a la luz muchas cosas y has hecho que se manifiesten conductas humanas de toda índole. Pero sobre todo, has puesto en evidencia la poca capacidad y competencia de muchos de nuestros representantes políticos para hacerte frente.

Unos en mayor medida que otros, porque en todo hay excepciones y gradaciones y a más alta responsabilidad mayor culpa, han demostrado y siguen en esa tarea de no estar a la altura de las circunstancias ante el desastre sanitario, económico, político y social que tenemos encima.

Siguen empeñados en sacar tajada política de la desgracia, amparándose en la ocasional mansedumbre del pueblo y dando frescamente de lado al sabio consejo y fundamental principio de que lo primero y más importante es la vida y después viene todo los demás. (Primum vivere deinde philosofhari).

Llegaste legalmente a España, perverso Covid, de la mano de un Real Decreto de 14 de marzo del pasado año y prácticamente al día siguiente comenzaron a cambiar mucho las cosas afectando extraordinariamente a nuestras vidas. La casualidad me lleva a compararlo con aquel otro 15, el memorable idus de marzo romano cuando asesinaron a Julio César entrando en el Senado.

También desde ese momento cambió sobremanera la vida en Roma. ¡Vaya coincidencia de fechas! Y de otras cosas, porque hoy entre los historiadores predomina la idea de que César conocía la existencia de la conspiración que acabaría con él y no hizo nada por detenerla.

Aquí también está generalmente aceptado que el Gobierno y su Presidente conocían el peligro que sobre nosotros se cernía y sin embargo en vez de tomar medidas para recibirte más atenuado consintieron manifestaciones que contribuirían a tu más fácil expansión.

Y a fuer de comparar no quiero pensar, porque sería de una extrema gravedad en estos tiempos, que se dé otra coincidencia: la crisis política que se desató con la muerte de César acabó con la República romana dando paso al proceso de transición de un nuevo sistema político: el Imperio. ¿Será tan profunda nuestra crisis como para provocar un cambio de parecido tamaño? Empeño no les falta a algunos que están deseando sacar la ganancia del río revuelto.

Y finalmente, malvado Covid, ningún perdón ni clemencia para ti porque, ya en un plano más familiar y cercano, nos estás sometiendo a un régimen de vida que no podíamos imaginar. Naciones, ciudades, pueblos, aldeas, que es lo mismo que decir todos los ciudadanos, estamos sufriendo los daños, las carencias, las adversidades y toda clase de males que conlleva tu miserable y criminal presencia.

De modo que, por mi parte, maldigo mil veces tu ser, estar y existir entre nosotros, bien sea por generación espontánea o sobrevenida. Lucharé como mejor sepa y pueda contra ti porque, aunque ya has ganado numerosas batallas cobrando muchas vidas, deseo con toda mi alma que pierdas la guerra definitivamente. Y creo que, como somos multitud los que tienes enfrente en el campo de la responsabilidad, de la solidaridad, de la confianza en los avances de los científicos y en las ayudas médico-sanitarias que son las armas con las que te podemos combatir, te aniquilaremos hasta no quedar rastro de ti.

Por eso debemos reafirmar en nosotros la esperanza en que volverá el tiempo de recuperar y gozar del intenso y tierno amor que transmiten los besos y abrazos de hijos y nietos; los saludos cariñosos de familiares y amigos y el calor de la convivencia sana y noble que proporciona el placer que da sentido a nuestra humana existencia.

Antonio Miranda Trenado

Maestro y Profesor de Secundaria Jubilado

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