¡Mil gracias Campanario!

Parece que este día no iba a llegar nunca, pero todo en la vida tiene un principio y un final. Ha llegado el momento de dejar a mi fiel compañero durante 7 años y medio, mi querido periódico HOY CAMPANARIO. Noventa números quedarán ahí, en la hemeroteca, para la historia de Campanario.

Cuando Manuel Martínez Cordero y Ángel Ortiz me propusieron dirigir este proyecto informativo, lo cierto es que me dio cierto respeto.

Como muchos de vosotros sabéis, el vínculo que tengo con Campanario es a través de mi mujer, que es campanariense. Mis orígenes se sitúan en Villanueva de la Serena y dudaba si podía estar a la altura para convertirme en el altavoz eficaz de los campanarienses.

Pues bien, en estos más de 7 años, no he estado solo, pues he encontrado a mucha gente que me ha hecho el camino más llevadero y que no han dudado en colaborar con este periódico.

Empezando, en primer lugar, por el Ayuntamiento, que con su alcalde, Elías López, a la cabeza, no dudaron en apoyar desde el primer momento a un periódico que les presenté en pañales. Y al Ayuntamiento se sumaron durante este tiempo muchas empresas, algunas incluso de fuera, publicitando su negocio. Unas un año, otras unos meses y algunas de ellas fieles desde el principio, renovando generosamente su compromiso año tras año. Vosotros sabéis muy bien cuáles son estos empresarios fieles que no han fallado.

Pero es que además de los anunciantes, otra parte esencial de la buena salud del HOY CAMPANARIO es la colaboración desinteresada que he encontrado en vosotros, vecinos, asociaciones, colectivos, clubes o hermandades, que en forma de artículo de opinión, de reseña de un acto, de una foto o incluso de una imagen antigua que tanto os gusta recordar, han ayudado a llenar de contenido a vuestro periódico.

Y digo vuestro, porque se que así lo consideráis. Y así me lo habéis manifestado siempre. Con este esfuerzo colectivo, hemos tenido todos los meses esos 2.000 ejemplares gratuitos. Todo ello, complementado con la versión digital del HOY CAMPANARIO, que con los años ha ido creciendo en visitantes y que sirve de nexo de unión para aquellos paisanos que están fuera y se informan a través de nuestra web o nuestras redes sociales de lo que ocurre en el pueblo. Paisanos incluso desde el extranjero.

Por todo ello, GRACIAS. A anunciantes y colaboradores. Todos habéis contribuido a que durante estos 7 años y medio haya conocido a un gran pueblo, como Campanario, y me considere uno de los vuestros. Otro campanariense más que se emociona cuando regresa la Virgen de Piedraescrita el día de la Entrada o que disfruta como el que más el Lunes de Pascua con esa gran romería de Campanario, de las mejores de España, sino la mejor.

En segundo lugar quería dar las gracias al diario HOY. Mi casa y escuela periodística en la que he estado quince años y que es el único medio de comunicación español con una red de periódicos locales en más de una treintena de localidades de la región extremeña.

Muchos podían pensar que este sería un proyecto efímero pero, con crisis de por medio y todo, estos periódicos totalmente gratuitos, en los que se incluye el de Campanario, se han mantenido en pie, ofreciendo un servicio esencial y cercano en pequeñas y medias poblaciones de Extremadura.

Y ya para terminar, mi último agradecimiento es para mi familia. La vida del periodista, y más del periodista de provincia, es demasiado ajetreada y te exige estar de un lado para otro, a pie de calle. Y ese tiempo que le dedico a mi pasión, el periodismo, se lo he quitado a mis dos niños y a mi mujer. Yo se que ellos me lo perdonan porque han visto que he disfrutado con mi trabajo, pero a veces me siento un poquito en deuda con ellos, y por ello mi agradecimiento más especial.

Ha llegado el momento de afrontar nuevos retos profesionales y a por ello vamos con mucha ilusión y pasión. Eso sí, el HOY CAMPANARIO seguirá en pie. Una gran periodista, Sol Gómez, estará al frente y os pediría que la facilitéis el trabajo igual que habéis hecho conmigo.

Un fuerte abrazo a todos. Nos seguiremos viendo y…¡ que la Barranquera nos proteja!