«La Romería de San Valentín ya está consolidada, ahora solo hace falta relevo»
antonio arcos ·
El presidente de la Hermandad de la Virgen de Guía y San Valentín repasa la historia y evolución de la Romería del mes de febrero.antonio arcos ·
El presidente de la Hermandad de la Virgen de Guía y San Valentín repasa la historia y evolución de la Romería del mes de febrero.Cuando un grupo de campanarienses decidió en 1986 iniciar una jornada campestre y festiva a pocos kilómetros de Campanario durante el mes de febrero, seguro que nunca pensaron el auge que llegaría a tener tres décadas después. La Romería de San Valentín es todo un acontecimiento, puesto que se trata de las primeras celebraciones campestres del año, lo que hace que en ella se den cita vecinos de toda la comarca. Y eso ha podido comprobarse un año el pasado 12 y 13 de febrero. Uno de los que más disfruta esos días es Antonio Arcos, actual presidente de la Hermandad de San Valentín, a pesar de los duros días de trabajo previo que conlleva poner en marcha el evento.
–¿Cómo se dieron los primeros pasos de la Romería de San Valentín?
–Realmente, lo empezó a mover un grupo de personas en la década de 1980. De ellos, ya no vive casi ninguno, si acaso uno o dos. Y los que quedaban los últimos años ya eran muy mayores y dejaron de hacerse cargo de ello. Entonces, un grupo de vecinos que tenemos casas por este entorno tomamos el relevo.
–La ermita es el punto neurálgico en torno al cual se organiza la fiesta
–En este terreno no había absolutamente nada. Pero al propietario de la parcela se le pidió que cediera un terreno para levantar la ermita en honor a San Valentín. Fueron Consuelo Fernández González e Isaac Albarrán Marzal quienes lo donaron. Además, la condición era que si no se llegaba a construir la ermita los terrenos donados, 36.000 metros cuadrados, volvían a su dueño. De modo que en 1986 tuvo lugar la colocación y bendición de la primera piedra de la ermita.
–En contra de la que muchos puedan pensar, la ermita no está consagrada a San Valentín
–En principio así fue pensado, pero cuando fuimos al Obispado a declarar la ermita nos dijeron que mejor adquiriésemos una imagen de la Virgen de la Guía, que era la que hace muchos años había existido en esta zona. Aquí estaban los restos de lo que se llama las iglesias caídas, que tuvieron mucha importancia por entonces, más que la ermita de Piedraescrita, pero acabaron desapareciendo. La imagen de la Virgen fue encargada a un escultor de Villanueva de la Serena y nos costó 600.000 pesetas, y también tenemos la de San Valentín. Y la campana fuimos a que nos ha hicieran en Montehermoso y nos valió 400.000 pesetas. Y ya después, se hicieron los portales, los servicios y la nave.
–¿Todo se hace con las aportaciones de los hermanos?
En la hermandad no se paga ninguna cuota. Es todo a costa del pueblo, de pedir colaboración a través de donaciones y con la ayuda del Ayuntamiento de Campanario. Y además, sobrevivimos a costa de la nave, que la alquilamos para hacer despedidas de soltero, bautizos, comuniones y cualquier celebración.
–¿Cómo ha respondido este año la gente tras la pandemia?
–Hace muchos años que la Romería ya está hecha, es decir, ha costado mucho que sea como es hoy, pero está consolidada y tiene el éxito asegurado todos los años. Ahora solo hay que mantenerla. El problema es que no sabemos si va a haber relevo. Pero aquí se junta gente de toda la comarca a disfrutar del día, y también acompaña la ruta con caballos que atrae a caballistas de muchos pueblos. Aunque la pandemia también ha hecho mella este año, porque muchos no sabían si salir o no salir, pero aquí se ha juntado muchísima gente.
–¿Cuál es el secreto para atraer a tantos romeros?
–Mucho trabajo para tenerlo todo preparado, porque llevamos quince días pintando, reparando y organizando. Pero sobre todo ofrecer un buen programa. El primer día se ha dado vino a mediodía y, por la tarde, tras encender la gran fogata, se reparten churros y chocolate. Y por la noche, el sábado la gente aguanta en la caseta hasta la madrugada. Aunque uno de los momentos que más gente se concentra es el domingo cuando se reparten las rosquillas y empiezan los bailes. Este año han actuado la Escuela Municipal de Danzas Folklóricas de Villanueva y el grupo Los Barrancos de Campanario.
–¿Cuántas rosquillas se llegan a repartir?
–Son cerca de 3.500 roscas las que han hecho las mujeres en cuatro días. A la gente le encantan, por eso regalamos una a todo el mundo, y si quieren también pueden comprar una bolsa para llevársela. Ahora se hace todo lo que se recauda, pero al principio, una vecina ponía huevos, otra harina, otra azúcar y así sucesivamente, para hacer los dulces, que no faltan ningún año desde hace más de veinte.
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