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Diego Gallardo muestra su libro 'Flamencuras'. Raquel alarcón
«Quiero que la foto pueda entablar un diálogo con quien la ve»
DIEGO GALLARDO

«Quiero que la foto pueda entablar un diálogo con quien la ve»

FOTÓGRAFO ·

Campanariense, a caballo entre Madrid y Extremadura, este fotógrafo aficionado al flamenco ha unido ambas disciplinas en un libro

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Domingo, 9 de mayo 2021, 18:41

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Solo arrojando luz sobre las cosas es como se puede llegar a muchas verdades. Y en el flamenco, esa verdad tan pura se muestra ante nosotros más allá del oído, a través de la vista, gracias a la fotografía de Diego Gallardo cuya disciplina, al fin y al cabo, no es otra cosa que luz.

Tras 15 años poniendo su foco sobre los más grandes cantaores, guitarristas y bailaores del país, este campanariense comparte ahora su legado más preciado a través del libro 'Flamencuras, luz y verdad'. Una mirada entre lo divino y lo humano que ha captado su cámara desde 2013 con una parada especial en la Sala García Lorca de Casa Patas en Madrid.

–¿Es un libro para amantes de la fotografía o del flamenco?

–Este es un libro para todos porque son fotografías que pretendo que creen un efecto, el que sea, en quien lo contemple. De hecho, en los textos no firma nadie de prestigio para que no esté contaminado por expertos en el flamenco. Al poeta Ricardo Roizo y al teólogo Luis Mariano les entregué tres fotos para que me dijeran qué les sugerían o qué les hacía reflexionar. Ni si quiera sabían que era para un libro. A partir de ahí fui encajando piezas y salió este libro que habla de forma sencilla para acercarlo a la gente.

–Faltan pocos de los más grandes.

–Están casi todos de los últimos 15 años, aunque es inevitable que falten algunos. Están Enrique Morente, Paco de Lucía, José Mercé, Miguel Poveda o El Cabrero. Y también jóvenes con menos recorrido, pero con un gran prestigio hoy. Pero para que los no entendidos en flamenco se vean influenciados por el prestigio de quienes aparecen en las imágenes, estas no llevan nombre. Yo quiero que la propia foto pueda entablar un diálogo con quien la ve y despertar su curiosidad.

–¿Cómo consigue uno estar cerca de primeras figuras y captar una parte tan íntima?

–Ha sido a fuerza de mucho tiempo, de ir poco a poco haciéndome un hueco y ganándome la confianza para que me vean como uno más. Tengo mucha amistad con artistas y propietarios de tablaos, eso ayuda. Y luego son momentos que requieren mucho respeto, silencio y discreción. Y solo así lo he conseguido, sabiendo por dónde me podía mover y, sobre todo, he aprendido a medir cuándo tengo o no que sacar la cámara. Reconozco que es un mundo bastante hermético y hacer primeros planos y encañonarlos es difícil.

–Es un libro con mucha pureza en el que también caben las nuevas tecnologías.

–De hecho es un libro con fotografías, textos y música. Tiene unos códigos QR en los que no solo puedes consultar información sobre las fotografías que aparecen, sino también escuchar grabaciones de cantes de distintos halos de actuaciones en directo. Son pinceladas de todos los estilos y grabados de forma casera, que creo que denotan más naturalidad. Yo concibo el libro para toda la vida y como algo vivo, por lo que esto va a permitir ir cambiando esos audios y la información adicional.

–¿Qué fotografía le ha faltado y ya nunca podrá hacer?

–Hay varias, pero me ha quedado la espinita de fotografiar a Manuel Agujetas. Era un cantaor con un carácter algo agrio y se prodigaba poco en las actuaciones. De hecho, creo que no daba mucha importancia a actuar en público y tampoco se dejaba ver mucho. Falleció tras una enfermedad y es algo que me ha quedado pendiente.

–En su libro hay mucha luz pero poco color.

–Muchos fotógrafos siempre me han preguntado por qué hacía fotos tan contrastadas, con poca luz, y además la mayoría en blanco y negro. Yo, que estudié Historia del Arte, creo que tengo educado el ojo para la pintura. Y, de hecho, cuando surgieron las Vanguardias del siglo XX creo que la propia concepción de la pintura cambió al llegar la fotografía. El Guernica es un blanco y negro y es pura expresión, sentimiento, emoción, la vida misma. Y así veo yo el flamenco. Así que me gusta sacrificar unas zonas dejándolas más oscuras, incluso en negro, porque me interesan menos y centrarme en poner la luz en lo que me atrae.

–¿Qué presentaciones tiene a la vista en la región?

–De momento estaré el 13 de mayo a las 20.30 horas en la Casa de Cultura de Villanueva de la Serena. Y después, el 15 estaré en mi pueblo, en Campanario, que me hace mucha ilusión. Además, allí estaré acompañado por Miguel y Juan Vargas.

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