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Lucas Espinar dirigiendo a la banda de música en el concierto del verano pasado. / A. C.
"Hay parejas que se han conocido y se han casado estando en la banda"

"Hay parejas que se han conocido y se han casado estando en la banda"

Nadie como Lucas Espinar, su director, sabe cómo ha sido el camino de la banda de música de Campanario porque la vio nacer y ahora disfruta de su prestigio, fruto del tesón

Fran Horrillo

Lunes, 26 de junio 2017, 09:55

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Lucas Espinar Nieto- Guerrero es el director de la banda municipal de música de Campanario desde su constitución hace 20 años. Nació en Don Benito en 1975 y muy pronto se incorporó a su banda de dicha localidad ganando con ésta el primer premio en el I Concurso de Bandas Ciudad de Badajoz con tan sólo tres años de existencia.

Ha cursado estudios de trompeta en el conservatorio profesional de música de Don Benito y en el Superior de Badajoz. Viajó a Madrid para ampliar sus conocimientos de trompeta durante 6 años en las escuelas de música creativa y popular con los profesores Kriss Kase, Manuel Machado, formando parte de la Big-Band de Bod San y Boby Martinez.

En el año 2002 constituyó la empresa Solomusica con su hermano, la cual está involucrada en todo tipo de eventos relacionados con la música, contando con su propia tienda de instrumentos musicales, así como la gestión de varias escuelas de música y la realización de cursos musicales. Asimismo, en los últimos años desde su empresa se ha abierto camino en el mundo del sonido desarrollando ya giras nacionales con artistas de primera línea.

--¿Cómo y quién le propuso hacerse cargo de la banda municipal de música de Campanario?

--Yo cursaba por entonces mis estudios profesionales de trompeta y preparé un proyecto para la creación de una banda de música. Visité al que por entonces era concejal de Cultura de Campanario, Diego Murillo, y fue él quien me dio la oportunidad de empezar a formar la banda municipal de música aquí.

--¿Cómo fueron los inicios hace veinte años?

--Banda como tal no existía, por lo cual hicimos una convocatoria de chavales jóvenes a partir de ocho años y cuando tuvimos a unos 30 alumnos empezamos con las clases de solfeo en lo que es ahora la Universidad Popular. Me encontré con chavales que no tenían ni idea de música y me costó bastante trabajo empezar de cero. No teníamos instrumentos, por lo cual empezamos con la flauta dulce para que ellos no se aburrieran, hasta que el ayuntamiento empezó a adquirir los primeros instrumentos. Una o dos trompetas, un saxofón, algún clarinete y poco más.

--¿Costó hacer arrancar a la banda? ¿cuántos años necesitó para ponerla en condiciones?

--Al principio me costó bastante ya que los alumnos nunca habían estudiado música y el solfeo les aburría. No había instrumentos. Creo recordar que hasta los seis meses no llegaron los primeros. Los chavales parece que no veían el momento de coger un instrumento entre sus manos, por tanto casi nadie creía que esto se iba a poder llevar a cabo.

Después de que llegaron los primeros instrumentos, empezar con su enseñanza fue otra hazaña. Yo era joven e inexperto y me costó al principio. Sin embargo, al año y medio ofrecimos nuestro primer concierto en el cine-teatro Olimpia, por entonces recién inaugurado, para los padres y la corporación municipal. Fue un gran éxito. Ahí ya los chavales se sentían músicos y los padres veían el esfuerzo que había hecho por entonces la corporación municipal y sus propios hijos. Un año y medio después presentamos ya la banda en público en un concierto en abierto en la caseta municipal, también recién inaugurada.

--¿Cómo definiría a la banda de música que tiene ahora?

--La banda que tenemos ahora es una banda que sigue siendo muy joven, con una gran armonía entre todos los músicos y director. Tenemos chavales con edades comprendidas entre los 8 y 31 años. La mayoría de ellos tienen un compromiso con su banda que es digno de elogio, ya que tienen que sacrificar muchas horas de su tiempo libre para poder atender a la banda. Y esto dice mucho de ellos. En cuanto a la calidad musical siempre he dicho que se corresponde con el pueblo al que pertenecemos. Incluso me atrevo a decir que está por encima de la media en integrantes, ya que en un pueblo de poco más de 5.000 habitantes tenemos una banda con un activo de unos 70 músicos, más unos 30 que están con solfeo y aprendiendo a tocar el instrumento. Aun así seguimos teniendo una gran demanda de chicos y chicas que quieren entrar a formar parte de la misma.

--Lo que está a la vista es que la calidad musical y el nivel de exigencia va subiendo en esta banda con los años ¿no es así?

--Es lógico que después de todos estos años la banda vaya cogiendo un nivel musical más alto. De hecho lo vamos a poder apreciar en estos conciertos del veinte aniversario, ya que vamos a tocar obras que hemos estado tocando durante todos estos años. Me acuerdo en el primer concierto que dimos para los padres, en el que tocamos el 'Himno a la alegría'. Recuerdo lo que nos costó montarlo, sobre todo tocarlo en conjunto. Y ahora que lo queremos volver a tocar en este aniversario, cuando puse esta obra en el atril fue cuando me di cuenta que solamente bajando la batuta sonó todo a la primera, sin tener que retocar nada ni parar en ningún pasaje. Lo que sí tenemos claro es que cada año nos exigimos más y queremos dar al público conciertos de calidad, donde nosotros disfrutemos, pero también hagamos disfrutar al público que va a vernos.

--A veces, además de como director, habrá tenido que actuar como un padre

--Claro que sí. Es de lo más bonito que sigo viviendo como director. Tener a chavales que entraron con ocho años y son ahora aparejadores, médicos, profesores, ingenieros etc..... Incluso hay parejas que se han conocido en la banda y se han casado. Algunos de ellos han tenido hijos y muchas veces he tenido que actuar de padre o consejero porque, quieras o no, te vienen con sus problemas, agobios por estudios, no saben qué hacer si trabajar o estudiar y me piden muchas veces consejos. Y alguna vez que otra, sin duda, es un marrón grande para mí (sonríe).

--¿Le han ayudado en esta tarea los componentes más veteranos?

--Me han ayudado todos, desde los más jóvenes a los más veteranos. No puedo decir unos más que otros. Los que están en Campanario me ayudan más y los que están en la distancia hacen lo que pueden pero se han involucrado siempre mucho.

--Supongo que no será fácil el contar con un importante número de músicos que estudian fuera y que van a los ensayos cuando pueden ¿no?

--La verdad es que sí. Es muy difícil montar un concierto con una banda que tiene a muchos alumnos que están fuera estudiando. Los lunes, miércoles y viernes tenemos ensayos, y en los días entre semana tenemos muchas bajas ya que hay mucha gente fuera. Los viernes es cuando cuento con más músicos para los ensayos. Estas ausencias dificultan mucho el poder montar un repertorio.

Luego viene la parte de los conciertos y actuaciones que tenemos durante todo el año. Hay que tener en cuenta que los chicos que están fuera estudiando, cuando vienen en Semana Santa, lo hacen para estar con su familia y amigos. Pero todos lo que hacen es tocar casi todos los días de Semana Santa. Esto dice mucho del compromiso que tienen con la banda de música. Lo mismo pasa en verano. Cuando todo el mundo está en la piscina o de vacaciones, nosotros tenemos nuestro concierto y realizamos actuaciones fuera de Campanario.

--La puesta en marcha de una sección de percusión sinfónica era uno de sus retos y veo que ya es una realidad ¿no es así?

-La verdad que era una asignatura pendiente en nuestra banda de música. Y ya ves que hasta los 20 años no hemos podido tener una sección de percusión sinfónica, que es muy importante para una banda de música. Era muy difícil poder enseñar a los chicos sin tener este tipo de material. En el concierto dl 17 seguro que la gente habrá podido apreciar el timbre y el cuerpo que coge la banda de música con este tipo de percusión. Sé que en los tiempos que hemos corrido era difícil su adquisición, por eso agradecemos mucho a esta corporación el esfuerzo que ha hecho para poder tener estos instrumentos en este año tan especial para nosotros.

--Cada vez les llaman más de otras localidades. Eso es buen indicio ¿no?

--La verdad es que sí. Nos sentimos muy orgullosos que año tras año nos llamen de distintas localidades y en muchos casos vamos repitiendo muchos años, ya que están muy satisfechos con nosotros. No sé la cantidad de años que llevamos yendo a La Haba o La Coronada. Además, estuvimos mucho tiempo yendo a Hernán Cortés y Rena, pero ya no vamos pues en estas poblaciones han hecho sus propias bandas.

--¿Cuál es el tema o composición que borda su banda?

--No sabría cuál decirte. Lo que sí te podría decir es que a mis músicos les gusta mucho tocar obras de Jacob de Haan, al igual que las bandas sonoras. Aunque también lo que les gusta muchísimo son las marchas procesionales.

--A pesar de ser de Don Benito se sentirá como un campanariense más ¿no?

--Puedo decir que si. He sido muy bien acogido, me siento como en casa. Voy por las calles y todo el mundo me saluda aunque yo no les conozca. La verdad es que me siento querido y respetado en Campanario.

--Para finalizar, ¿qué han supuesto para usted estos veinte años?

-- Estos veinte años han sido para mí un sueño hecho realidad, ya que desde la nada hemos conseguido crear la banda que hoy tenemos. Esta experiencia con la banda de Campanario me ha aportado muchas vivencias e historias. Pero, sobre todo, con lo que me quedo es que se que tengo aquí una familia.

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