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Anastasio Pajuelo en las puertas del colegio.
"Contar con la colaboración de las familias refuerza nuestra labor de educadores"

"Contar con la colaboración de las familias refuerza nuestra labor de educadores"

Anastasio Pajuelo lleva nueve años impartiendo clase en el colegio público de Nuestra Señora de Piedraescrita de Campanario. De este tiempo, suma ya siete años como director del centro educativo con la tutoría del grupo de 4º A.

Fran Horrillo

Lunes, 21 de septiembre 2015, 06:23

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Anastasio Pajuelo Gallardo lleva nueve años impartiendo clase en el colegio público de Nuestra Señora de Piedraescrita de Campanario. De este tiempo, suma ya siete años como director del centro educativo con la tutoría del grupo de 4º A. Ante un nuevo inicio del curso escolar, Anastasio hace una serie de reflexiones sobre el panorama educativo actual.

--¿Cuáles son las sensaciones del profesorado de cara al inicio de un nuevo curso escolar?

--Tal y como están las cosas, una de las principales preocupaciones es el nivel de aplicación de la nueva ley de Educación.

--¿Qué labores tocan al profesorado en los días previos al comienzo del curso?

--Las labores de estos primeros días son una mezcla de tareas burocráticas y pedagógicas pues el profesorado, además de realizar las programaciones de las distintas materias para el curso, debe organizar su aula y al mismo tiempo programar actividades complementarias para sus alumnos, trazar sus objetivos y todo ello entregárselo al equipo directivo para la confección de la Programación General Anual.

--Con los años, ¿cree que el rol del maestro en la educación de los niños se ha reforzado o se ha devaluado?

--En líneas generales creo que se ha devaluado, debido principalmente a que la sociedad ha visto que año tras año las distintas administraciones han ido elaborando normas que de manera bastante concreta relegaban al profesor al cargo de funcionario público sin tener en cuenta ni destacar el importantísimo papel que tiene la educación en el desarrollo de la sociedad actual. Y no me estoy refiriendo al aspecto económico, que parece ser el más atacado, sino al de los derechos que tenemos y que se nos arrebatan cuando lo creen oportuno.

--Es indudable que dar clase a un grupo de 3 años es diferente que dárselo a uno de Primaria. ¿O cada uno tiene sus particularidades?

--¡Qué duda cabe que hay grandes diferencias entre ambas etapas! Yo, personalmente, admiro a las compañeras de Infantil, pues además de maestras han de ser madres, enfermeras, abuelas... Tengamos en cuenta que a esa edad una gran parte del alumnado no controla muchas de sus necesidades fisiológicas y por eso a veces el aula parece más bien la planta de pediatría de un hospital.

--Con los años, ¿cree que el alumnado ha evolucionado a mejor o a peor en cuanto a nivel académico? ¿o el nivel permanece estable?

--Las capacidades del alumno han estado ahí desde siempre. Pero llevar seis leyes de educación en menos de treinta años no beneficia en nada ni a ellos ni al sistema

--¿Suelen destacar los alumnos del colegio en alguna materia o asignatura en especial?

--Como en todos los centros educativos, hay variedad: alumnos que destacan en las áreas instrumentales, otros lo hacen en el plano artístico y otros destacan por sus cualidades personales, tan difíciles de adquirir estos días por esta sociedad consumista en la que nos ha tocado estar.

--¿Recuerdan por su carisma algún profesor o alumno que haya calado tras su paso por el colegio?

--En más de treinta años de ejercicio de esta profesión ha habido de todo, por lo que individualizar sería destacar.

--¿Respetan por norma general los alumnos a los profesores? ¿cómo suele ser la relación con ellos?

--Hay un respeto mutuo, dentro y fuera del aula, lo que facilita y fomenta una buena convivencia.

--Y los padres, ¿suelen colaborar en la labor educativa de sus hijos?

--En Campanario tenemos esa gran suerte, la de contar con familias colaboradoras, salvo escasos y puntuales casos, lo que refuerza nuestra labor de educadores repercutiendo así de forma positiva en el aprendizaje de los niños.

--Ahora hay un tema que parece que ha saltado a la actualidad, como es la conveniencia o no de mandar deberes a los alumnos para que los hagan en casa. ¿Qué opina de este hecho?

--En este punto hay que tener en cuenta que la capacidad del alumnado no es la misma y que algunos necesitan más tiempo para las tareas, por lo que siempre les quedará algo pendiente para casa. Además, el hábito del trabajo desaparecería si en casa no tuvieran nada que hacer. De todas formas, no soy partidario de sobrecargar a los alumnos, pero con la amplitud de los temarios de hoy es imposible realizar todo en el aula.

--Respecto a las instalaciones, ¿se hace necesario realmente un nuevo colegio en Campanario?

--Es la eterna asignatura pendiente de Campanario. Llevamos años solicitándolo sin conseguir nada. Un colegio distribuido en tres edificios no es lo más pedagógico que se pueda desear; y si además uno de ellos tiene casi cincuenta años de antigüedad y unas características poco favorables pues creo de verdad en la necesidad de un nuevo colegio. Además, desde hace varios años hay unos terrenos desafectados y cedidos o puestos a disposición de la consejería para ello, pero los avatares políticos unas veces y los económicos otros, han dado al traste con todo ello. Las relaciones entre el profesorado son a veces casi nulas al estar en diferentes grupos. Todo el gasto se triplica y la pérdida de tiempo de clase de los especialistas es a veces considerable al tener que desplazarse de un lugar a otro dentro de la misma población.

--¿Recuerda alguna anécdota curiosa de estos años de docencia en Campanario?

--Ahora me vienen a la mente varias, pero recuerdo de manera especial una en concreto por estar yo recién llegado al colegio. Habíamos celebrado la primera tutoría del curso con el conjunto de madres en el mes de octubre. Al cabo de unos días, y siguiendo con la tradición de las fechas, me encontraba en el cementerio arreglando y limpiando los nichos de familiares cuando una madre se me acercó diciéndome que no había podido asistir a la reunión y que por favor le informara de los temas tratados. A pesar de la hora y el lugar, nos pusimos a pasear por el interior del cementerio poniéndole al día sobre esa primera tutoría celebrada.

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