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Bartolomé Díaz Díaz, en su nutrida biblioteca personal. C.G.F.
«Me alegro de haber enseñado de todo, porque también he podido aprender»

VIVIR EN CAMPANARIO

BARTOLOMÉ DÍAZ DÍAZ
«Me alegro de haber enseñado de todo, porque también he podido aprender»

GENTE CERCANA ·

Cronista Oficial de Campanario y cofundador del Fondo Cultural Valeria, ha dedicado su vida a enseñar y a indagar en la historia de la localidad

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Jueves, 5 de septiembre 2024, 20:31

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Hablar de Bartolomé Díaz Díaz es pensar en toda una vida dedicada a la historia y la enseñanza campanariense. Que no es lo mismo que enseñar historia en Campanario, sino hablar de un maestro que ama indagar en las fechas, personajes y sucesos que han construido su localidad.

Bartolo para los vecinos y don Bartolo para sus antiguos alumnos, que aún le llaman así porque los profesores siempre llevarán el 'don' delante. Más aún esos profesores 'de toda la vida' que tenían que saber de todo porque enseñaban de todo.

Su labor como docente y como historiador local le dio la preparación idónea para ser nombrado Cronista Oficial de Campanario hace más de 20 años.

Cuenta que su afición por la historia, y especialmente por la historia local, comenzó desde pequeño, cuando ya devoraba libros de historia, prensa y noticias en la casa de sus tíos abuelos. Sin embargo, su especialidad en la enseñanza se centró en Matemáticas, llevándole a ejercer por primera vez en Villanueva de la Serena durante la campaña de alfabetización del año 1963 para, tres años después, conseguir plaza en el colegio Nuestra Señora de Piedraescrita de Campanario mediante el concurso de traslados, y más tarde en el instituto Bartolomé José Gallardo.

Cofundador del Fondo Cultural Valeria, recuerda que un grupo de amigos se juntaban de vez en cuando para hablar de la localidad: «Hasta que ya fuimos tomando afición por esas tertulias que, dicho sea de paso, hacíamos en los bares tomando copas» (las mejores tertulias tienen lugar en los bares).

81 años de memoria

Un día, en 1978, decidieron hacer un homenaje a Antonio Reyes Huertas, quien considera que «desde luego no pudo hacer más por Extremadura con sus escritos». Y en esas estaban cuando el yerno de Reyes Huertas, José María Basanta, les animó a crear un Fondo cultural, para el que decidieron dar el primer paso en 1980 y registrarlo oficialmente en el Gobierno Civil, denominándola 'Fondo Cultural Valeria'. Un nombre que vino dado a raíz de que el Padre Ortiz de Tobar escribiera 'Los partidos triunfantes de la Venturia Túrdula', ya que en ello habla de Campanario y dice que se llamó 'Valeria'.

Díaz Díaz, cuya memoria a sus 81 años sorprende al recordar con extraordinario detalle nombres, fechas y datos exactos, explica que la intención de la fundación de este Fondo no era sino escribir apuntes de la historia de Campanario: «Basanta escribía fichas con datos e información y nos las mandaba. Sin embargo, llegó un momento en que él ya no se encontraba bien para seguir trabajando, y se incorporó al instituto un profesor de historia llamado Dionisio Ángel Martín Nieto». Con él fue con quien el campanariense escribiría los libros 'Iglesia y ermitas de La Coronada' o 'Los Priores de Magacela de la Orden de Alcántara. La mal llamada sexta dignidad de la Orden'.

Tras ello, se produjo un gran parón cultural en el Fondo Cultural, por lo que se presentó candidato para encabezar su presidencia (cargo que ostentó hasta 2008). Un día se les ocurrió retomar la historia local, principal objetivo de su creación, para lo que contaron con la ayuda de varios profesores de historia. Así surgió la Enciclopedia de Campanario, formada por cinco volúmenes cuyos lomos juntos representan la Torre de las Monjas: 'El medio físico', 'Historia', 'Patrimonio Histórico', 'Personajes y otros aspectos culturales' y 'Apéndice documental'.

«Y entre col y col…», como él mismo dice entre risas, también entrenaba equipos de baloncesto en las edades de alevín, infantil, cadete y juvenil, tanto en categoría masculina como femenina, llegando a ser campeones de Extremadura durante varias temporadas y en distintas categorías. Y es que, además de Matemáticas, también impartía Educación Física en una academia privada extraescolar, e incluso llegó a enseñar Dibujo Técnico, puesto que los maestros de antes tenían que estar preparados para todo: «Me alegro infinito, porque enseñando se aprende».

Amor por los libros y la documentación

Bartolomé Díaz, en su mención como Hijo Predilecto de Campanario el pasado mes de mayo. HOY

Pero dentro de esta personalidad y profesionalidad polivalente, lo que realmente mueve su interior es el amor por los libros y la documentación, de una forma que no se puede definir, y tampoco cuantificar. ¿Por qué? Porque al ser preguntado por cuántos libros tiene en su colección, su respuesta es: «Yo te los muestro y tú calculas». Una contestación que se comprende al cruzar las puertas de su biblioteca personal y observar con asombro el océano de libros que se alza desde el suelo hasta el techo por todas las paredes de la estancia, sumando además las cajas de ejemplares que esperan poder tener un espacio donde encontrar su lugar definitivo. 'Miles de libros' es una cuantía que se queda corta.

Señala que para poder hacerse de ellos se sirve de librerías de libros antiguos y de ocasión, catálogos que recibe en casa, y que no le es difícil encontrarlos, más aún al estar inmerso en ese mundo y ser conocido: «Puede haber alguno que me haya costado especialmente conseguir, pero por dificultad no suele ser, porque si eres constante y vas tras ello finalmente lo obtienes».

«El libro que más me ha costado es un facsímil del 'Códice Florentino', de Fray Bernardo de Sahagún»

Sin embargo, en el plano económico sí que puede haber algún ejemplar que se ha hecho más de rogar, como los tres volúmenes del 'Códice Florentino' del Manuscrito de Fray Bernardino de Sahagún, que le costó 150.000 pesetas en su día. En esta obra enciclopédica datada del siglo XVI el Padre Sahagún muestra la gente y la cultura del centro de México, cuenta con 1.800 ilustraciones a color en plumilla y está escrita a mano, con textos en náhuatl y español. Sin embargo, esta pieza de colección es un facsímil, ya que el original se encuentra en la Biblioteca Laurenciana de Florencia.

Su designación de Cronista Oficial de Campanario, que ganó a pulso con su incansable búsqueda de la historia (tanto nacional como local) y su labor en pro de todo lo referente a Campanario, le condujo a recibir dos títulos: el de Bibliófilo de Oro y el de Hijo Predilecto.

En 2017, durante el transcurso de la gala del XX Premio de Investigación Bibliográfica Bartolomé José Gallardo, el campanariense recibió un reconocimiento por parte de la Unión de Bibliófilos Extremeños, que le concedió la distinción de Bibliófilo de Oro.

Y en mayo de este 2024 recibió la mención de Hijo Predilecto de la localidad, con el apoyo de los dos partidos que conforman el consistorio, como agradecimiento a toda su vida para dar a conocer y divulgar la historia de la localidad.

Campanario puede presumir de tener una gran historia, pero ésta no se conocería si Bartolomé Díaz Díaz no hubiera dedicado su vida a iluminarla como se merece, aportando su luz propia.

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