
Las farmacias campanarienses están en primera fila para prevenir los contagios de coronavirus
DESABASTECIMIENTO ·
La demanda de mascarillas, guantes y geles hidroalcohólicos ha sido algo fuera de lo normal, aunque ya se va normalizando un poco.DESABASTECIMIENTO ·
La demanda de mascarillas, guantes y geles hidroalcohólicos ha sido algo fuera de lo normal, aunque ya se va normalizando un poco.La relación de las farmacias con el estado de alarma por la pandemia del coronavirus presenta una doble cara. Dado el «servicio esencial» que prestan, deben seguir abiertas «por» la pandemia. Pero algunas de ellas han tenido que ser cerradas también «por» el coronavirus ya que son puntos de atención «en primera línea».
Por suerte, en Campanario todavía no ha ocurrido y las tres farmacias existentes continúan prestando su servicio con «normalidad». Al menos con toda la que se puede esperar en situaciones como la que nos encontramos.
Eso sí, la situación ha sido dura desde el principio del estado de alarma, sobre todo por la demanda «fuera de lo normal que hubo y sigue habiendo» de mascarillas, guantes y geles hidroalcohólicos. Así lo pone de manifiesto Antonio Sánchez Montero de Espinosa, farmacéutico desde el año 1993, que asegura que el miedo está presente desde que abren hasta que cierran cada día.
Es por eso que se toman todas las precauciones posibles «tanto para protegernos nosotros, como a los demás». Limpiar mañana y tarde tiradores de las puertas, mostrador, caja registradora y suelo es una constante en todas las farmacias, asegura. Además, operarios del ayuntamiento se encargan de fumigar temprano la puerta de los establecimientos para mayor seguridad.
Antonio cuenta que, aunque se han ido consiguiendo algunos de los productos más demandados, las mascarillas siguen siendo lo más complicado de conseguir «y todo nos va llegando a cuentagotas».
Asegura que en unos días va a recibir un importante pedido que, al menos, palíe parte de la demanda. Este farmacéutico reconoce que los precios de estos productos se han disparado y que son totalmente abusivos. Pero precisa que no son las farmacias quienes establecen esos precios, sino en origen, «por eso, esperamos que, como dicen, el Gobierno regule el precio de estos artículos», dice.
Con la falta de los geles desinfectantes, Antonio buscó una solución creando una formulación magistral que tuviera el mismo efecto y que están usando él y sus trabajadores, así como los clientes.
Por otro lado, en cuento al suministro de medicamentos, no ha habido desabastecimiento de ninguno, explica, aunque sí que, al principio, aumentó la demanda de Paracetamol. Y es que, en diversos medios, se decía que podía servir para paliar los efectos del virus, pero pasados los primeros días, todo se estabilizó, apunta.
En algunos casos, la venta de relajantes naturales, tipo tila o valeriana también ha aumentado, puesto que muchas personas pueden tener algo de nerviosismo al estar tanto tiempo encerradas en casa e incluso que les cueste más dormir «algo que es totalmente normal con lo que estamos viviendo», dice.
AUSENCIA DE MAYORES
Lo que sí han notado en esta y el resto de farmacias es la ausencia de los clientes habituales de mayor edad «y eso es que lo están haciendo bien y quedándose en casa». Por lo general, la atención médica se hace vía telefónica, activando en la cartilla el medicamento correspondiente, y suele ser otra persona (familiar, vecino o personal municipal) quien se encarga de ir a comprárselo a la farmacia. «Y la verdad es que los mayores se han sujetado y si vienen les decimos que no deben salir», añade Antonio, a la vez que asegura que si llega algún mayor se le da prioridad «y hacemos las dispensaciones rápidas, para que se marchen pronto a casa».
Y aunque muchos vecinos no acuden a la farmacia salvo que sea necesario, Antonio cuenta que recibe muchas consultas a través de Whatsapp «a veces unos cien mensajes diarios», preguntando por la disponibilidad de alguno de los productos más demandados o para que les resolvamos alguna duda, que para eso estamos».
En algunos casos, cuenta, también se han interesado por algún medicamento del que se ha empezado a hablar en diferentes foros en internet, que se está usando en hospitales y se suele usar para trastornos severos. Sin embargo, la dispensación farmacéutica está muy controlada en ese sentido «y nosotros no pueden venderlo sin más», apunta.
Por lo demás, tanto Antonio y sus trabajadoras, Piedraescrita y Pepa, así como el resto de personal de las demás farmacias de Campanario, Vda. de Morillo Velarde y Ángel Luis Cano Cortés León, esperan que la situación vuelva a la normalidad lo antes posible, aunque, mientras tanto, ellos estarán para seguir atendiendo todas las necesidades de sus vecinos.
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