Bala encontrada en la ermita. j.j. minaya

Extraen una bala de la Guerra Civil de los muros de la ermita al ser restaurada

HISTORIA ·

La idea es exponerla y que se conserve en la ermita como documento histórico.

Viernes, 19 de febrero 2021, 21:50

Aunque por muchos era conocido, hasta hace unos meses no han salido a la luz algunas de las balas disparadas en plena Guerra Civil que impactaron contra la ermita de la Virgen de Piedraescrita y allí se fueron quedando ocultas con el paso de los años.

Sin embargo, la última rehabilitación que hubo para la recuperación de los esgrafiados permitió localizarlas y extraerlas.

Según explica el historiador Antonio López, para contextualizar en qué circunstancia ocurrieron los hechos, desde mediados de julio de 1938 el ejército franquista realizó una gran ofensiva sobre la zona de Extremadura que estaba en manos de las autoridades republicanas. El ejército del centro y del sur realizó un doble avance que en seis días los llevó a confluir en Campanario, habiendo ocupado en su movimiento envolvente más de veinte pueblos entre las comarcas actuales de Vegas Altas y de La Serena.

La ofensiva franquista continuó en su avance ocupando localidades más al norte de la provincia pacense, como Casas de Don Pedro, Cabeza del Buey, Valdecaballeros y Zarza Capilla. Pero a partir del 22 de agosto de 1938 se produjo la contraofensiva republicana dirigida por el General Prada. Pese al éxito inicial y el haber recuperado gran cantidad del territorio perdido, la única localidad que volvió a tener control gubernamental fue Zarza Capilla, explica López.

Posteriormente, en septiembre de 1938, el frente extremeño se fue estabilizando. Y fue en esos momentos cuando la Guerra se establece en la cuenca de ríos como el Guadiana, el Zújar o el Guadalefra. Y precisamente a la altura de la Ermita de Piedraescrita los combates, a través de golpes de mano de republicanos y franquistas, se sucedieron en los meses de septiembre y octubre de 1938.

De este modo, cuenta, la ermita quedó en primera línea de los enfrentamientos, casi en «tierra de nadie». Su orilla era la que controlaba el ejército franquista, y en la margen derecha se encontraban las fuerzas republicanas. Esta situación se prolongó hasta el final de la Guerra Civil.

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Tamaño de la bala. JJM

Extracción de la bala

Como consecuencia de esos enfrentamientos, muchas de las balas alcanzaron al edificio provocando 'desconchones', abandonado en mitad del campo, ya sin la Virgen, y quedando en medio del Frente de Guerra, durante nueve meses. Precisamente, el restaurador encargado de las últimas obras en el exterior del templo, Juan José Minaya, quien añade que por eso los parajes cercanos a la ermita están rodeados de trincheras que todavía hoy se pueden ver.

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La ermita aguantó los múltiples ataques de un bando y otro, y son muchas las huellas que hoy perduran en sus muros y en sus columnas, «como testimonio valiosísimo de la historia, que se suma y se une a la del propio Santuario», señala.

Durante el proceso de restauración, descubrir una de las balas insertadas en el muro, entre los esgrafiados, por el propio impacto del disparo, «y sacarla aquella tarde y tocarla después de 80 años, fue verdaderamente emocionante», confiesa Minaya.

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Según refiere, la bala apareció en una laguna del mortero esgrafiado que había sido tapado por cemento. Fue al retirar ese cemento para restaurar la laguna con mortero de cal similar al original, cuando encontraron la bala insertada en el hueco. Tras examinar los muros comprobaron que había tres impactos provocados por ametralladoras en ráfaga, que había sido tapados por cemento.

La idea es exponerla y conservarla en la ermita, como documento histórico, concluye el restaurador.

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