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Parte del personal sanitario del Centro de Salud de Campanario. S.G.
«Nos duele que alguna gente piense que no estamos haciendo lo suficiente»

«Nos duele que alguna gente piense que no estamos haciendo lo suficiente»

LABOR INDISPENSABLE ·

Con una treintena de positivos y cientos de contactos la labor del personal del Centro de Salud está siendo decisiva en la contención del virus.

Lunes, 21 de septiembre 2020, 19:01

Campanario se enfrenta a uno de los problemas sanitarios más graves de los últimos tiempos, al igual que le ocurre a muchos pueblos donde algunos de sus vecinos han contraído el virus del coronavirus. A favor tienen que la mayoría de los casos no presentan complicaciones sanitarias excesivas y que poco a poco algunos de ellos van recibiendo el alta.

Otra de las ventajas con que cuenta es su Centro de Salud, en el que todo el personal, sanitario o no, ha estado desde el primer momento volcado para que la situación se contenga, y tanto contagiados como no, sigan recibiendo la atención de la Sanidad Primaria que merecen.

El coordinador del Cetro de Salud, Antonio Hernán, y el responsable de Enfermería, Juan Martín, charlan en uno de los despachos haciendo repaso de las pruebas PCR y serologías que deben practicar al día siguiente para que todo esté listo.

Mientras tanto suena el teléfono y Juan atiende la llamada. Es una consulta que queda resuelta en solo unos minutos, mientras que presencialmente habría llevado muchísimo más tiempo, posiblemente innecesario.

Diez minutos después llama a la puerta una Auxiliar de Enfermería para pedir pegatinas para las pruebas que se harán por la mañana. Entre tanto, revisan los análisis que han llegado de pruebas de días anteriores y cuadran para llamar a los afectados y darles el resultado. Ojalá sean negativos, piensan.

Y es que adaptarse a la nueva situación que ha traído la pandemia «no ha sido nada fácil», coinciden los dos. Y eso que estructuralmente, el tener dos accesos al centro les ha permitido habilitar una sala de archivo como zona específica para los afectados o sospechosos de Covid, para que no haya contacto con otros usuarios. Igualmente, cuentan con una sala por si hubiera que aislar a alguien.

Momentos de caos

«Pero al principio fue todo muy caótico porque de la noche a la mañana hubo que cambiarlo todo y cada día venía una instrucción o protocolo en continua modificación», recuerda Juan, quien asegura que cuando surgieron los primeros contagios, y especialmente a mediados de agosto, con parte del personal de vacaciones, se vivieron momentos bastante complicados en el centro. Juan, incluso tuvo que pedir apoyo a compañeros de otros turnos para poder sobrellevar la carga que supuso, cuenta.

Y es que al principio hubo un poco de desbordamiento porque los casos positivos y contactos estrechos generan mucha burocracia. En este centro los rastreadores son el veterinario, el farmacéutico y un auxiliar de enfermería de apoyo. Uno de los últimos casos es el de un joven que tenía casi 40 contactos «lo que significa llamar uno por uno, explicarle lo que debe hacer, que entienda la importancia del aislamiento, citarles para las pruebas, darles resultados, hacerles seguimientos y todo ello nos genera un trabajo impresionante», explican.

«Yo no me asusto fácilmente, pero te aseguro que al principio estaba asustado porque no tenía conciencia de lo que tenía que hacer. Era algo que me superaba, con tanta información y una situación nueva», reconoce.

A ello se une la vida fuera del centro. Juan asegura que llegó a sentir miedo por poder contagiar algo a su familia. «Tengo compañeros nuestros a los que les ha afectado mucho y no están bien psicológicamente», apunta, mientras su compañero Antonio añade que hay que ser fuerte «y afrontar con lo que te encuentres».

Encargadas de atender las dos líneas telefónicas del centro. S.G.

No todo es Covid

Aunque su labor ha quedado sobradamente demostrada y patente con la pandemia, a muchos quizá se les olvida que siguen atendiendo todo tipo de consultas, porque son muchas las patologías y enfermedades más allá del Covid.

«De pasar del 100% de las consultas presenciales a las telefónicas hubo un cambio tan drástico en los hábitos de los pacientes que la gente no lo entendía», afirma Antonio. «Y el mayor problema es que nos siguen preguntando que cuándo vamos a volver a lo de antes», añade Juan, mientras ambos están casi seguros de que este sistema ha llegado para quedarse.

Sobre todo porque muchas de dichas consultas no requieren presencia del paciente, «ya que si alguna ventaja tiene la atención primaria es que cada médico conoce a sus pacientes, y cuál es su historial». No obstante, ya se están habilitando otras herramientas para hacer teleconsulta y que, al menos, se pueda ver al paciente a través de la pantalla, «aunque el problema está en los mayores y el acceso a las nuevas tecnologías», dicen.

Aún así, dejan claro que tras el contacto telefónico y varias preguntas, «valoramos la consulta y si surge alguna dolencia nueva en el paciente o algo que requiera asistencia presencial, indudablemente le vamos a ver, aunque a los mayores les aparezca que así no les tomamos en serio».

Además, cada médico suele atender de media diariamente una treintena de consultas telefónicas «que es más o menos lo mismo que hacíamos presencial, aunque las urgencias sí han disminuido», explica el responsable de Enfermería.

Por todo ello, les duele cuando la gente piensa o comenta que desde los centros de salud no se hace lo suficiente o que no se coge el teléfono «o no se atienden las consultas porque no queremos». Ellos aseguran que hay dos líneas y dos administrativos que no paran de coger llamadas, por lo que piden paciencia, porque a veces los teléfonos están desbordados.

Por eso, quieren dejar claro que más que nunca están orgullosos de su profesión en estos momentos, porque sienten que están ayudando a superar una enfermedad que al propio sistema sanitario ha llegado a superar en algunos momentos.

Ellos, junto al resto de trabajadores del centro de salud campanariense, «lo estamos dando todo, que nadie tenga duda de que hacemos todo lo que podemos y más para que Campanario tenga una atención sanitaria como se merece», asienten.

Aún así, aclaran que la no presencialidad de pacientes beneficia a ambas partes. Y es que el posible contagio entre sanitarios y pacientes podría derivar en un verdadero problema, si hubiera que mantener a todo el personal médico en cuarentena, como ha ocurrido en algunos casos.

Cartel explicativo de las labores que se desempeñan en los centros de salud.

Campaña de la gripe

Ahora, siguen centrados en tratar de evitar que la pandemia vuelva a desbordarse, a pesar de reconocer que en el mes de marzo o abril la región estaba «muchísimo mejor, porque al estar confinados y seguir las normas había muchos menos contagios». Eso sí, con la vista puesta en otro virus ya controlado, pero que podría acarrear problemas este año. Y es que la gripe está a la vuelta de la esquina y habrá que saber diferenciar los síntomas y atajarlo a tiempo. Por eso informan que este año la campaña de vacunación se adelantará en el tiempo.

Y precisamente la vacuna contra el Covid-19 será lo único que haga que nuestras vidas vuelvan a ser como antes. Eso sí, Juan y Antonio están seguros de que, de momento, la vacuna más efectiva, es tomarnos en serio todas las medidas sanitarias recomendadas.

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