Sabor agridulce en el empate 2-2 entre el Campanario y el Santa Amalia

Partido muy importante para el Campa ante el primer clasificado y campeón de la temporada anterior, el Santa Amalia, donde los de Manu Agudo supieron ponerles en aprietos en su propia casa con un empate de 2 a 2, pero donde el trío arbitral no tuvo su mejor día.

Se presentaba un día lluvioso, pero eso no fue impedimento para que las gradas se llenaran de una gran cantidad de aficionados de Campanario. El equipo sabía de la importancia de este encuentro y salieron muy concentrados, desplegando un gran juego que sorprendió a todos los presentes.

Apenas había comenzado el encuentro y era Neiva el que adelantaba a su equipo tras un gran remate de cabeza en el minuto 3. El Campanario seguía apretando y, en el minuto 21, Emmanuel tomaba su turno para hacer el segundo tanto y poner el marcador en una buena ventaja de 0-2.

Tras este gol solo había un equipo en el campo, que gozó además de varias ocasiones claras para agrandar el resultado. En los últimos minutos de la primera parte el árbitro sacaba una dudosa segunda amarilla a Alvarito, dejando a los visitantes con uno menos todo el partido. Una acción que les perjudicó en gran medida, como se demostraría en la segunda parte.

A la vuelta del descanso, con un jugador menos, hizo que los campanarienses tuvieran que hacer un gran esfuerzo físico, y los locales pudieron estar más cómodos con el balón.

En un centro lateral, después de varios rechaces, hicieron M. García recortase distancias con el 1-2 en el 57 de partido. El Campa seguía aguantando, mientras los aficionados se indignaban 'in crescendo' con el árbitro, reclamando que todas las acciones cayeran a favor del equipo local.

Llegando al final, los amalienses lograran el empate de 2-2 tras una acción donde el balón salió fuera del campo. En la siguiente acción, Velasco recibía una patada en la cabeza y tenía que abandonar el campo con una brecha, mientras el colegiado decidió no sacer la segunda tarjeta al jugador local responsable, ante la incredulidad de jugadores y afición de Campanario.

Sin embargo, todavía los jugadores de Manu Agudo tendrían una más, por medio de Guille, que se quedaba solo delante del portero, pero que era derribado, sin que el colegiado pitase ninguna acción.

El partido acababa con el empate a 2, pero con un sentimiento agridulce, puesto que los jugadores hicieron todo para llevarse a casa los tres puntos.

Al término del encuentro, los jugadores se acercaron a agradecer a los seguidores desplazados allí, denotando la comunión que hay entre afición y jugadores.

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