El cante, el toque y el baile estuvieron representados en la LVII Noche Flamenca

Los salones de la piscina municipal de Campanario acogieron una nueva Noche flamenca, que cumplía su LVII edición.

Como viene siendo habitual, las tres facetas del arte flamenco: cante, toque y baile, estuvieron representados.

La primera parte la abrió la bailaora Yaiza Trigo, una joven sevillana que ya es una realidad, cosechando innumerables éxitos allá donde actúa.

Estuvo acompañada por un clásico de los cantes de atrás como es Moi de Morón, junto con Juan Villar, hijo del mítico Juanito Villar, que ha pasado varias veces por la localidad. A ellos se sumó Daniel Mejía en el toque.

En la segunda parte llegó una figura emergente de la tierra extremeña, Juanfra Carrasco, poseedor de una voz particular que enamora a todos los públicos, más y menos jóvenes. En la guitarra, El Perla, quizás uno de los mejores acompañantes que existen en estos momentos. Antonio Amaya 'Petete' y Frasco del Chacón estuvieron en el soniquete.

El acto, organizado por la Peña Flamenca 'Duende y Pureza-Pepe el Molinero' con la colaboración del Ayuntamiento, hizo las delicias de los amantes del cante y el baile.

Como quiera que sea, Campanario es un pueblo enamorado del flamenco, y así se hizo notar en la gran afluencia de público, pues a la calidad del cartel y a los vecinos, hay que añadir las numerosas personas que se encuentran en el pueblo disfrutando del periodo vacacional.

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