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Jugando a la comba.
Aquellos juegos tradicionales de la infancia que vivimos en las calles

Aquellos juegos tradicionales de la infancia que vivimos en las calles

NUEVOS TIEMPOS ·

La comba, los bolindres, el aro o la goma son solo algunos ejemplos de diversión sin tecnología.

FERNANDO GALLEGO

Viernes, 19 de febrero 2021, 21:21

Aunque los tiempos antiguos conocieron épocas de cambios importantes, no hay siglo en la historia que haya visto sucederse tantos y tan rápidos cambios como el siglo. La mayor parte de los cambios se produjo en tiempos de paz con los avances científicos y la Revolución Industrial. Estos cambios han irrumpido a lo largo de las cuatro últimas décadas en los juegos infantiles y juveniles del pasado, viéndose desplazados por la tecnología y por los juegos altamente sedentarios como el ordenador, videoconsola, tablets, celulares y televisión. También por la intensa circulación de vehículos por las calles de todos los pueblos.

La pérdida de los juegos de toda la vida lleva consigo el olvido de ciertas tradiciones culturales, muy rica en Campanario, donde el juego en cada plaza, calle y esquina ha sido un vehículo de transmisión de la cultura, de las tradiciones y de la historia.

Por eso, en esta ocasión he querido echar la vista atrás y recordar todos aquellos juegos que yo mismo practicaba de pequeño y de joven, e imaginarme ahora nuestras calles tan vacías, que vuelven a revivir esa jolgorio de niños saltando y gritando.

Con la descripción de los juegos tradicionales transmitimos a las generaciones actuales y futuras todo lo positivo que tienen los juegos, que en su mayoría se practicaban en la calle o en plena naturaleza ayudando a desarrollar la psicomotricidad infantil y juvenil. No debemos, por todo ello, quedarlo en el olvido. Yo no lo he hecho.

Niños jugando a los bolindres.

Bolindres o canicas

Existen varias formas de jugar a los bolindres o canicas, uno de ellos era el güa, que consiste en intentar meter en un hoyo en el suelo los bolindres, desde un punto más o menos distanciado del hoyo. Para ello apoyábamos parte de una mano en el suelo para lanzar la canica con los dedos de la otra, procurando dar golpes a la bolas de los oponentes para alejarlos del güa. El número de jugadores variaba de dos a cinco.

Otra forma de juego era la carambola que consiste en golpear el bolindre del otro jugador. Los perdedores pagaban con bolas que podían ser de barro, de china, de cristal o de acero.

Repeón, peonza o trompo

El repeón era de madera dura como la encina, con el fin de que pudiese aguantar los golpes contra el suelo y de los adversarios. El juego consiste en hacer girar la peonza sobre su púa metálica mediante un lanzamiento a través de una cuerda liada alrededor del cuerpo del repeón. Nos complacía coger el repeón entre los dedos índice y corazón para que girase en la palma de la mano hasta que dejara de rotar. ¡Qué recuerdos! Los más habilidosos lanzaban la peonza al aire para recogerla con la palma de la mano extendida y retenerlo hasta deja de girar.

La carretilla

Consistía en una tabla con dos ejes algo salientes para colocar cada una de las cuatro ruedas, igualmente de madera, y un asiento. El eje delantero era giratorio para poderlo conducir con los pies o con las manos. Con ella nos deslizábamos por las aceras.

El aro

Es un juego infantil muy antiguo practicado en todo el mundo, y que especialmente gustaba hacer correr por los empedrados de Campanario. Está formado por un aro de metal y una varilla o guía para conducirlo de forma individual. También se aprovechaban los aros de madera procedentes de otros usos que se les hacía rodar dándole pequeños golpes con un corto palo procurando que no cayese.

El burro

Este juego podía practicarse en cualquier lugar y sin número limitado de jugadores. El que hacía de burro se inclinaba sujeto a la pared o a una reja, los demás saltan y van echándose encima del agachado pronunciando las palabras «palma, pico, zurro, mosca...». Podían hacer de burro uno o varios niños o adolescentes seguidos.

Niñas jugando a la comba.

La comba

Dos niñas o niños se encargan de mover la cuerda en círculos, cada uno desde un extremo. Mientras se da vueltas a la cuerda o soga se canta o se cuenta en voz alta. Si una de las jugadoras falla al saltar será sustituida por una de la jugadoras que mueven la cuerda u otras que formen el grupo de juego.

La goma

De cinco o seis niñas que juegan dos ujetarán la goma entre los tobillos separando las piernas unos centímetros. Las demás práa saltando por turno,. Amedida que avanza el juego se va incrementando la altura de la goma; alas rodillas, la cintura, cuello y, por último, con las manos extendidas sobre la cabeza. El niño o niña que no consiga saltar y pisar la goma pierde y lsujetala goma.

Jugando al aro.

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