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Participantes en la velada poética con motivo del 'Día de la Poesía'.
Poemas con alma

Poemas con alma

"Esa noche las palabras sin nombre se tornaron poesía y canción, y a buena fe que nos fuimos despiertos y con el corazón tocado"

Manuel Huertas caballero 'chico'

Viernes, 18 de mayo 2018, 08:41

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"Aún no tienen nombre./ Son solo palabras, / para despertarnos". Con estos versos contenidos en un poema propio comenzaba Diego Fernández Piropo la presentación de la velada poético musical celebrada el pasado día 4 de mayo en el centro de ocio de Campanario y organizada por el Fondo Cultural Valeria y el Ayuntamiento de Campanario para conmemorar, con cierto retraso, el día de la poesía.

Y esas palabras sin nombre se fueron enlazando entre sí, y con notas musicales, y con rapsodas y cantantes, de una manera sutil, casi sin querer, y nos despertaron a todos los presentes elevando nuestro tono emocional. Y fueron sublimándose y mezclándose armoniosamente, vibrando, contaminando el aire de la sala e impregnando a todos de un perfume óptimo para sentipensar.

Obra en cuatro actos. En el primero Jesús Blázquez rapsodió al destino, Zacarías de la Cruz a los tratantes (recién recordados en Campanario) y Diego Caballero al amor humano y divino respectivamente.

A continuación, y acompañados por acordes de cuerda rememoró Jesús Blázquez a los artistas nómadas, Juan Pedro Escudero nos ambientó entre silencios y amores, y Andrés Ángel Blanco en buena compañía (dos de sus hijos) recordó los sutiles acordes y letras de Milanés haciéndonos evocar tiempos pasados.

Un tercer acto femenino nos trajo de la mano de Rafaela Cano el aroma de los álamos del Duero y lamento de Alberti para pasar con la voz de Vito Cruces a un intimista Benedetti, un empoderador Whitman y un reivindicador Diego Piropo, que culminó Amparo Fraile en castúo con un sublime Cristu Benditu.

Otra vez vibró el ambiente al ritmo de la guitarra de Pedro Miguel Ponce con Inés Mercedes íntima declamando al querido hijo; otra vez con Pedro y Esteban Trenado acompañando a Juan del Puerto por Poveda y Sabina y sus quinientas noches, hablando de lo profundo del alma humana, y como colofón, la Escolanía Pueri Angelorum entonó su Canción Sefardí y concluyó con un 'Te quiero' de Benedetti que nos despidió no solo amados, sino entusiasmados.

Siempre fui de la opinión que si quieres que algo salga bien, hay que dejarlo en buenas manos, y Diego Fernández y Pedro Ponce han demostrado largamente tenerlas excelentes.

Poemas con alma, fabricados con palabras danzarinas. Música y letra, y un público entregado...eso sí, esa noche las palabras sin nombre se tornaron poesía y canción, y a buena fe que nos fuimos despiertos y con el corazón tocado.

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