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Noche flamenca desde la Plaza Alta a Sevilla, pasando por Campanario

Noche flamenca desde la Plaza Alta a Sevilla, pasando por Campanario

Tanto Antonio 'Guadiana' como Alicia Gil cumplieron con las expectativas con las que llegaban a la localidad el pasado 7 de diciembre

PEDRO MIGUEL PONCE

Lunes, 19 de diciembre 2016, 11:32

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Se había configurado desde la dirección de la Peña 'Duende y Pureza-Pepe el Molinero' para la 48ª Noche Flamenca un cartel variado para satisfacer los distintos gustos de los aficionados flamencos.

La presencia de Antonio Suárez Salazar 'Guadiana' era ya de obligado cumplimiento en nuestro pueblo. El fiel público de Campanario debía escuchar a un cantaor que ha colaborado en discos importantes con Paco de Lucía o Tomatito, que fue requerido para grabar con Camarón, que ha hecho giras con Enrique Morente o Antonio Canales o que ha pasado parte de su vida en tablaos tan míticos como Los Canasteros o Torres Bermejas.

Es Guadiana un cantaor con una voz muy personal, llena de gitanería que mezcla con tonos más modernos, lo que le hacen peculiar. Es cantaor de culto y lo sabe, no planifica porque canta de corazón y ahí puede estar la grandeza, pero también el riesgo. Su recital abarcó estilos muy diversos.

Estuvo templado en la soleá, cantando sin prisas como requiere este cante, recogiendo y alargando los tercios. En la seguiriya desnudó el cante y pudimos sentir el dolor del alma que siempre trae este palo cuando es bien ejecutado. Puso la calidez de su voz al servicio de los cantes de Levante. Para ampliar el repertorio, hizo también malagueña. Ansioso estaba el público de escuchar a Antonio por los estilos autóctonos y, como es lógico, fue en esos terrenos por donde mejor se movió. Tanto en los tientos-tangos como en los jaleos, más de uno nos trasladamos a la Plaza Alta, acompañados de un cante y toque que nos supieron a café de puchero y raya de Portugal, con ancestrales letras y recuerdos en la memoria de personajes tan emblemáticos como su tío Porrinas o Remedios Amaya.

Para la ocasión vino acompañado de otro joven ilustre que suena a Extremadura por los cuatro costados: Juan Vargas, a quien desde una silla cercana estuvo examinando de forma permanente su padre, el patriarca del toque en Extremadura: Miguel Vargas. En perfecto ensamblaje con el cante, nos gustó la seguridad que transmite, así como su serenidad, y cómo no, esas extraordinarias falsetas con el pulgar, producto de la vivencia familiar y de ese lujo que supone tener el profesor a diario en tu casa. Por cierto, entrañable la dedicatoria de Guadiana a Miguel "el mejor tocaor del mundo por jaleos extremeños.

Tras el descanso llegaría el turno de la sevillana Alicia Gil, que ya había estado en nuestro pueblo siete años antes. No defraudó en su propuesta. Justo al contrario, enganchó desde el primer momento con un público que terminaría despidiéndola puesto en pie.

Comenzó Alicia con cantes de trilla, siguiriya y cabal, pero rápidamente se metió en su país de cantes festeros con unos tangos dedicados a una de las cantaoras más personales a la hora de interpretar estos estilos y que nos dejó hace poco tiempo: Juana la del Revuelo. Con el ambiente ya caldeado, templó la voz y recorrió con la soleá varios estilos, desde Utrera, hasta Triana, pasando por Alcalá. Suelen los artistas rematar el ramillete de soleares, por la de Triana, que tiene tonos más altos. No fue el caso de Alicia, que hizo justo lo contrario y eso dice mucho en su favor. Otro detalle fue el recuerdo para un maestro de los cantes trianeros que se nos fue en este maldito 2016 para los flamencos: Paco Taranto, que pasó por Campanario en el 1994 en una noche inolvidable junto a Aurora Vargas.

Con el soniquete de 'Chupete' y 'El Pelon', nos trasladamos por alegrías a la bahía gaditana en un palo donde meció el cante y con un Lito Espinosa en la guitarra en sintonía con la que es su compañera dentro y fuera de los escenarios, mostrando una guitarra sin artificios, pero llena de compás y de sapiencia.

Supo alternar la sevillana, cantes de ritmo con estilos libres. Después de unos cantes por levante muy bien ejecutados volvimos a su tierra, esta vez con cantes gozosos propios de la Navidad. La nana de Señá Santana supo a gloria a todos los asistentes que ya estaban entregados totalmente a esta gran artista que remató su actuación por bulerías llenas de gracia, aire y donosura, no faltando por supuesto la 'pataíta' del Pelón quien con su baile racial, lleno de fuerza y flamencura hizo removerse de la silla a más de uno. Para terminar, junto con Alicia también en bailaora, pusieron broche final, con un público que volvió a dar ejemplo de saber escuchar con respeto y despidió puesto en pie a los cuatro artistas que se encontraban en el escenario.

Esta Noche Flamenca contó, como viene siendo habitual con la colaboración del Ayuntamiento de Campanario y que ya, esta joven directiva tan ilusionada e ilusionante, tiene planificada una serie de actividades futuras que pasan por la celebración del tradicional concurso de vinos de pitarra, una convivencia con la peña flamenca de Santa Amalia o el tradicional cartel de la feria de Abril. El flamenco y los flamencos lo agradecen.

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