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Ana María junto al 'abril' ganador del Pequeño Nicolás.
El Pequeño Nicolás triunfa en el concurso de abriles

El Pequeño Nicolás triunfa en el concurso de abriles

Ana María Sanabria se llevó el primer premio dotado con 50 euuros, mientras que su hija Balbi se llevó el segundo con 'Pedaleando'

Fran Horrillo

Lunes, 8 de febrero 2016, 10:26

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El abril titulado Pequeño Nicolás, de Ana María Sanabria, obtuvo el primer premio, dotado con 50 euros, en el concurso de abriles celebrado el pasado viernes dentro de las actividades del carnaval. Por su parte, Pedaleando, de Balbi Benítez, obtuvo el segundo premio de 30 euros.

Ambos, ubicados en la Huerta Barroso, fueron realizados por la familia de Balbi, que se resisten año tras año a que esta tradición caiga en saco roto en Campanario.

El año pasado no pudieron participar por motivos personales, pero en los últimos no faltan a la cita.

La tradición de los 'abriles' nunca se ha perdido en Campanario, pero en los últimos años, sin las compensaciones de los premios, la participación era más bien escasa. En 2013 fueron seis los inscritos y parece que la tradición volvió a repuntar, pero tanto el año pasado como éste, sólo se inscribieron dos abriles.

Se trata de representaciones de figuras de personajes de actualidad a modo de caricatura y a las que se dota de un sentido sarcástico. El viernes recibieron la visita de numerosos vecinos y del jurado que se encargó de enjuiciarlos para dar los premios.

Estas figuras con cara de trapo están realizadas con materiales caseros como metales, chapa o ropas viejas y quedan expuestas en la vía pública. Una parte fundamental de un 'abril' es la colocación de un cartel que contenga una frase o poesía en tono irónico y que justifique o explique de alguna manera la presencia de los muñecos.

Esta tradicional y curiosa puesta en escena se remonta a principios del siglo XX. En aquella época, las pleiteras o esparteras realizaban maquetas, más esquemáticas que las actuales, acompañadas de una cita con la que pretendían caricaturizar a alguna persona importante.

Con el paso del tiempo, el carácter grotesco inicial se amplió a personajes históricos. Los habitantes de Campanario bautizaron esta fiesta como los 'abriles' basándose en su particular vocabulario, ya que en la localidad la palabra abril hace alusión a la persona que está quieta o parada en un sitio.

Durante la Guerra Civil, hubo un parón en esta festividad, que se recuperó de nuevo a principios de la década de los 40 y que aún continúa.

Esta vez, ganó el abril dedicado al famoso personaje del Pequeño Nicolás, que también triunfó en el abril ganador del año pasado, esta vez acompañado de las figuras de los por entonces Príncipes de Asturias.

Esta era la estrofa que le acompañaba:

No se si será muy listo,

pero sí que es picarón

este muchacho retieso

que se hablaba era Borbón,

y que conoce en Madrid

a toa la plana mayor

de empresarios y políticos

y ¡qué vive como Dios!

Lo que no me explico bien

es que siendo un meapilas,

pueda engañar de esta forma

a los que nos vigilan.

Aunque sigue con cien juicios

a él le importa más bien poco,

quizás sea porque conoce

lo que nos ocultan otros.

Porque lo que tengo claro

es que mienten más que ven,

nos dicen que hay mucha crisis

y viven a todo tren.

Aquí hay gato encerrado

y se ocultan muchos vicios

si no no puedo creerme

que el Pequeño Nicolás

pueda estar en tantos sitios.

Mira si está en todos sitios,

este joven lenguaraz

que en las obras de la Iglesia

--cuando iban a enlodar

se encontraron un escudo

con su nombre: Nicolás.

Y este año lo han fichado

para el Gran Hermano VIP

y aunque ya lo han nominado

allí sigue en Guadalix.

Cuatro mil euros al día

es el sueldo que le dan,

no parece muy mal sueldo

por ser sólo un charlatán.

Y es que en ésta, nuestra España,

pa quien no lo tenga claro,

no vale trabajar mucho

es mejor ser descarado.

Y si no que se lo pregunten

a Paquirrín o a la Esteban,

que sin dar un palo al agua

tienen llena la talega.

Pienso que el Ayuntamiento

--y es opiión personal

la próxima vez que hagan casas

deberían de contratar

como maestro de obras

al Pequeño Nicolás.

Porque con las relaciones

que este muchacho se trae

en lugar de hacernos nichos

no harían catedrales.

Tampoco sería locura

nombrarle gestor de fiestas

¡los flamencos del Pairón

cantarían en la caseta!

Te lo vuelvo a repetir

que el Pequeño Nicolás

se ha colado en todos sitios

¡¡hasta en nuestro carnaval!!

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